En algún momento seguro has escuchado a algún familiar hablar sobre la presión diferencial y lo más probable es que no entendiste de qué se trata. No te preocupes que ha muchas personas les pasa.
Las personas que sufren de la presión arterial frecuentemente utilizan el baumanometro, es así como miden sus niveles.
Bueno, en el baumanometro hay dos medidas a las que tenemos que ponerle mucha atención. La primera es el número de la parte superior, aquí aparece la presión máxima que ejerce el corazón o también llamado presión sistólica.
La segunda es el número inferior, este corresponde a la presión que hay en las arterias entre cada latido y otro, a este se le llama presión diastólica. Seguro te preguntarás ¿qué tienen que ver esos dos conceptos con la presión diferencial?
Pues, es muy sencillo, la presión diferencial es, como su mismo nombre lo dice, la diferencia numérica entre la presión sistólica y la diastólica. Aquí te ponemos un ejemplo para que lo entiendas mejor.
Quizás te has sentido un poco mal en estos días y te miden la presión, entonces te indican que tu presión arterial es 120/80. Bueno, el 120 es la sistólica y el 80 es la diastólica. Por ende, tienes restar ambos resultados para que obtengas la presión diferencial, que en este caso es 40.
Ahora nos dirás, ¿qué importancia tiene estos niveles? Si sabemos cuál es el valor de nuestra presión diferencial, entonces podremos prevenir algunos ataques cardíacos o enfermedades cardiovasculares.
Por eso, si un adulto mayor de los 60 años tiene una presión diferencial superior a 60, entonces es hora de estar alerta, pues es un alto riesgo para un ataque cardíaco.
Mientras que, si la presión diferencial está por debajo de los 40, entonces puede ser una señal de que algo no está funcionando correctamente en el corazón.