Melissa Gilbert habló sobre los duros momentos que le tocó atravesar detrás de cámaras. "Me sentía culpable de odiar a las personas que amaba", indicó
Únete al canal de Whatsapp de Wapa"La familia Ingalls" es una de las series de televisión más queridas y emblemáticas de todos los tiempos. Emitida por primera vez en 1974, esta producción estadounidense, basada en la saga de libros autobiográficos de Laura Ingalls Wilder, se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural, retratando la vida en la frontera estadounidense con calidez y humanidad.
Sus actores, pese al paso del tiempo, son consideradas figuras importantes de la televisión, es por eso que una reciente entrevista de Melissa Gilbert, Laura Ingalls en la serie, ha sorprendido a los fans. La actriz contó la mala experiencia que vivió durante las grabaciones por un problema médico.
En una reciente conversación con la revista People, Gilbert contó que cuando filmaba escenas para el programa, si alguno de los niños masticaba chicle, comía o golpeaba la mesa con las uñas, quería salir corriendo por 'el horrible sonido que producían'.
"Me ponía colorada como un tomate y se me llenaban los ojos de lágrimas y me quedaba sentada sintiéndome absolutamente miserable y terriblemente culpable por sentir tanto odio hacia todas esas personas a las que amaba. Fue una parte realmente oscura y difícil de mi infancia", contó.
Sin un diagnóstico médico, muchos años después, Melissa Gilbert se enteró de que sus intensas reacciones a ciertos ruidos se debían a una discapacidad neurológica conocida como misofonía, condición que, quienes la padecen, experimentan respuestas emocionales fuertes ante sonidos desagradables.
"Lloré cuando supe que tenía un nombre y que no era simplemente una mala persona que odiaba a todo el mundo. ", dijo la actriz de 60 años, quien espera crear conciencia sobre esta enfermedad.
Incluso, narró como sus hijos sabían que incluso el simple acto de masticar la comida la ponía de mal humor. "Yo hacía una señal con la mano para que no lo hagan más. Mis niños estuvieron toda su infancia pasando por esto. No les permitían comer chicle por el sonido", agregó.
Desde el año pasado, la actriz descubrió que el Centro de Misofonía de Duke, en Estados Unidos, podía ayudarla y darle una calidad de vida mejor. "Escribí pidiendo apoyo, no podía más. Gracias a las herramientas de terapia cognitiva conductual, las cosas han cambiado", mencionó.