Famosa modelo se somete a cirugías estéticas tras críticas a su cuerpo y termina con parálisis
Luciana Milessi reveló que en el último de sus cuatro intervenciones le tocaron un nervio y ahora le cuesta mover el rostro.
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Luciana Milessi es una modelo argentina que saltó a la fama cuando se hizo viral acerca de su fanatismo por el futbolista del Manchester City, Julián Álvrez, a quién le confesó su intención de conocerlo.
Desde ese entonces, Milessi se dedicó a la creación de contenido tanto para Instagram, TikTok y demás redes sociales. Su comunidad creció exponencialmente tras "vincularse" con el también delantero de la selección argentina. No obstante, no todo fue color de rosa.
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La mujer de 25 años reveló que comenzó a recibir comentarios negativos e hirientes acerca de su cuerpo. La mayoría de ellos estaba basado en que no poseía un cuerpo escultural, propio de una modelo.
"Me decían 'estás gorda', 'heladera', 'no tenés cola'", declaró Milessi a TN Show. Estas opiniones afectaron el autoestima de la influencer quien decidió someterse a varias cirugías estéticas.
"La primera cirugía fue a los 18, cuando me hice las lolas (senos)", indicó. Asimismo, explicó que, pese a este cambio, no se sentía cómoda ni segura con su cuerpo por lo que se sometió a una más.
"Yo siempre tuve una distorsión de mi imagen, nunca estuve conforme. No me sentía cómoda. Eso me llevó a tener anorexia nerviosa a los 17 años y, a los 18, hacerme esta primera cirugía estética", subrayó.
"Después pasaron tres o cuatro años en los que yo estuve luchando contra la obsesión de mi cuerpo, pero recurría al gimnasio, a entrenar. Lo hacía excesivamente: todos los días entre dos y tres veces por día", agregó.
"Era una relación tóxica conmigo misma"
Luciana Milessi indicó que debido al ejercicio extremo que realizaba, terminó sufriendo el efecto rebote en su cuerpo, es decir, subió de peso en lugar de consolidar masa muscular.
"Después hacía el efecto rebote, dejaba de entrenar por mucho tiempo, subía de peso y volvía a sentirme mal. Era como una relación tóxica conmigo misma", acotó.
"El día de la cirugía mi papá me vio y me dijo ‘tenés la boca muy torcida’, entonces le pregunté al médico y me dijo que no me preocupara, que era la inflamación, y que todo volvería a su lugar. A mí sí me dolió que en ese momento no me advirtió que se pudo haber tocado un nervio", exclamó.
Finalmente, señaló que tiene una fuerte sensibilidad a raíz de lo ocurrido. Afirmó que nunca más volvería entrar a un quirófano para someterse a una cirugía estética, ya que estaría asumiendo un riesgo innecesario.
"Sabiendo que hay tantos riesgos y que algo puede salir mal, por estética no volvería a entrar a un quirófano, sinceramente. Sí por salud, pero por estética no porque es poner en riesgo un montón de cosas que no lo valen", concluyó.
