La madre del menor recibía constantes amenazas de sus vecinos.
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl asesinato de Luz Raquel Padilla causó un fuerte impacto y consternación en México, no solo por la brutalidad del crimen, sino también porque previamente había denunciado ante la policía y en sus redes sociales numerosas amenazas de muerte y agresiones por parte de vecinos de su edificio.
A pesar de haber puesto en conocimiento de las autoridades estas amenazas, el sábado 16 de julio del 2022 sufrió un ataque que resultó en quemaduras en el 90% de su cuerpo. Tras tres días de luchar por su vida, falleció el martes 19.
Luz Raquel Padilla pertenecía a una asociación de cuidadoras de personas dependientes y era madre de Bruno, un niño de 11 años con autismo severo y epilepsia de difícil control. Debido a las necesidades de su hijo, Padilla se dedicaba a cuidarlo a tiempo completo, especialmente después de que el padre del niño abandonara la casa y no mostrara interés en su hijo.
La discriminación e incomprensión hacia Bruno era un problema recurrente en su vida. Vecinos de su edificio se quejaban de los ruidos y golpes que el niño causaba debido a su autismo y ataques de epilepsia. Las tensiones aumentaban, ya que los vecinos respondían poniendo música alta, lo que agitaba aún más al niño y lo ponía más nervioso.
A lo largo del tiempo, Padilla había denunciado continuamente las amenazas y agresiones físicas y verbales que enfrentaba por parte de los vecinos. Incluso, estas hostilidades quedaron registradas en enormes pintadas en el interior del edificio, donde se leían mensajes como "Te voy a quemar viva".
El trágico desenlace pone en evidencia las dificultades y desafíos que enfrentan las familias con miembros con discapacidades y las luchas que aún existen contra la discriminación y el desconocimiento en la sociedad.
La semana pasada, Luz Raquel Padilla compartió en Twitter que una vecina llamó a la policía a su casa debido a una crisis de Bruno en la que el niño estaba pateando y golpeando las paredes. Esto la dejó perpleja y se preguntó cómo era posible que se tomara tal medida.
Las amenazas se volvieron más graves en mayo pasado, cuando Padilla denunció que fue atacada con cloro, lo que requirió una cirugía plástica en su pecho para reparar el daño.
A pesar de haber reportado estos incidentes a la comisaría y solicitado entrar en el programa "Pulso de vida", que proporciona un localizador con un botón de pánico para casos de emergencia, las autoridades argumentaron que su situación no lo requería y rechazaron su solicitud.
La Fiscalía de Jalisco dictó algunas medidas de protección, pero la policía de Zapopan admitió que solo estuvieron vigentes desde el 9 de mayo hasta el 9 de julio. Una semana después de que estas medidas expiraran, Padilla fue asesinada.