Padres que olvidan el nombre de sus hijos y ofrecen 100 soles como pensión: las audiencias de alimentos en Perú revelan realidades tan insólitas como preocupantes.
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En los juzgados de familia del Perú se libran batallas silenciosas que pocas veces llegan a los titulares, pero que exponen de forma cruda la falta de compromiso de algunos progenitores con sus propios hijos. Las audiencias por pensión alimenticia, cada vez más virales en plataformas como TikTok, revelan historias insólitas: padres que no recuerdan los nombres de sus hijos, propuestas de manutención que rozan el absurdo y argumentos legales que rayan en la deshumanización.
En uno de los casos más comentados en redes, un padre fue interrogado por la jueza acerca de los hijos que tuvo con su expareja. A duras penas dijo que eran dos, pero no supo nombrarlos. Visiblemente confundido, intentó mirar a su abogada en busca de ayuda. La jueza, con tono firme, le preguntó: “¿Cuál es el nombre de su otro hijo, el que recién nació?”. La respuesta sorprendió a todos en la sala: “No tengo conocimiento de eso”.
La madre explicó que el menor por el que solicitaba la pensión tenía apenas un año y dos meses, mientras que su otro hijo, recién nacido, no estaba legalmente reconocido. Por esta razón, el nuevo bebé no podía incluirse aún en la demanda. Lo que debería ser un trámite de responsabilidad, terminó siendo una escena de desconexión total.
Durante la misma audiencia, la abogada de la madre detalló los gastos mensuales básicos que implica cuidar a un bebé: leche, pañales, controles médicos, productos de higiene, y el cuidado diario mientras la madre trabaja. Todo superaba los 700 soles mensuales. Aun así, el padre ofreció apenas 100 soles como pensión.
La respuesta de la abogada fue tajante: “Eso es una burla”, y recordó que el artículo 481 del Código Civil exige que los alimentos se calculen en base a las necesidades reales del niño y la capacidad económica del obligado.
El demandado afirmó ganar solo 900 soles como obrero, pagando 350 soles por alquiler. Sin embargo, también aseguró haber pedido un préstamo de 5000 soles, lo que contradice su supuesto nivel de ingresos. La defensa de la madre lo refutó señalando que un maestro de obra puede ganar entre 180 y 200 soles diarios, sumando hasta 3600 soles al mes si trabaja 20 días.
Intentó justificar su propuesta argumentando que tiene más hijos que mantener, pero la ley es clara: todos los hijos tienen el mismo derecho a recibir alimentos, sin importar cuántos sean.
En otra audiencia, un abogado sugirió que la madre también debería ser demandada por no cumplir con sus responsabilidades. Ella respondió con firmeza: cuida a sus hijos todo el día y trabaja para sostenerlos. Fue entonces cuando el juez intervino con un llamado a la humanidad:
“Por favor, un poco más de empatía. Esas personas no son cosas. No son objetos. ¿No tienen niños que atender?”
Más allá de los tecnicismos legales, estas audiencias reflejan una realidad preocupante: aún hay padres que no comprenden la magnitud de su rol. Y, peor aún, usan los juzgados para evadirlo, sin medir el impacto que eso tiene en la vida de sus propios hijos.