Liliana Castro Mannarelli, marcada por el caso Fefer, ha transformado su vida y se alejó de la controversia. Ahora emprende un nuevo camino en el arte y los negocios.
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En 2009, su rostro acaparó portadas, titulares y programas de televisión. Hoy, Liliana Castro Mannarelli transita un camino completamente distinto, marcado por el emprendimiento, el arte y la resiliencia. Lejos de los escándalos mediáticos, la joven que fue sindicada como presunta responsable del asesinato de Myriam Fefer ha reconstruido su vida con determinación.
Todo comenzó en 2006, con el asesinato de la empresaria Myriam Fefer. La justicia señaló inicialmente a su hija, Eva Bracamonte, y a su entonces pareja, Liliana Castro Mannarelli, como autoras intelectuales del crimen, aunque el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina confesó haber sido el autor material.
Liliana fue enviada al Anexo Mujeres de Chorrillos, donde permaneció tres años sin sentencia firme. En 2012, recuperó su libertad por exceso de carcelería, y al poco tiempo, fue absuelta completamente.
“¿Quién me va a borrar esos años en que estuve injustamente en un lugar donde no correspondía? ¿Quién va a borrar las lágrimas de mi familia?”, declaró entonces con voz quebrada a “Panorama”.
Liliana no solo recuperó su libertad, sino también su voz. En declaraciones llenas de valentía, cuestionó el trato que recibió y pidió justicia por su historia:
“Han podido investigarme en libertad, dejando que estudie, que siga trabajando, sin hacer tanto daño a mi familia; sin embargo, fue más fácil meterme en una cárcel y dejarme ahí injustamente... ¿Quién va a limpiar mi nombre?”, expresó.
En 2013, Liliana sorprendió al público al aparecer en el reality “Combate”, junto a su hermana gemela Tatiana. Ambas se convirtieron en los ingresos más comentados de esa temporada. Su aparición fue vista por muchos como una forma de reivindicar su imagen pública y recuperar parte de su juventud robada.
En 2018, también incursionó brevemente en la música, lanzando el tema “4 AM” en YouTube.
Lejos de las cámaras de los realities, Liliana ha dado un giro total a su vida. Estudió cine y televisión, y ahora es empresaria. Tiene su propia productora audiovisual, una agencia de publicidad y una tienda virtual de ropa, consolidando su apuesta por el emprendimiento y la creatividad.
En sus redes sociales, donde supera los 100 mil seguidores, comparte rutinas deportivas, entrevistas con artistas como Amy Gutiérrez y mensajes motivadores para quienes han atravesado momentos difíciles.
En los momentos más duros, la familia de Liliana no se quedó callada. Su padre pidió públicamente respeto por el proceso y por su hija. Por su parte, su hermana Tatiana —su gran apoyo incondicional— dijo entre lágrimas:
“Espero que la dejen libre, ella no está en contra de que la investiguen, pero libre. Qué va a hacer después, es su vida”.