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19 Ene 2025 | 7:56 h

Niño de 11 años escucha por primera vez, solo tuvieron que inyectarle este virus

Un innovador tratamiento permitió a un niño de 11 años recuperar la audición, ofreciendo esperanza para quienes padecen sordera congénita.

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    Niño con sordera.

    La sordera, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede ser congénita o adquirida, y se presenta en diversas formas, desde leves hasta profundas. Las causas de la pérdida de audición son muchas y varían desde infecciones y lesiones hasta la exposición a ruidos fuertes o mutaciones genéticas raras. Sin embargo, un niño de 11 años ha sido el protagonista de un tratamiento innovador que podría transformar la vida de quienes padecen este trastorno.

    Aissam Dam nació con una rara anomalía genética que le causaba sordera profunda. Esta condición se debe a la ausencia de una proteína llamada otoferlina, esencial para que las células ciliadas del oído interno conviertan las vibraciones sonoras en señales que el cerebro pueda interpretar. Un tratamiento experimental, realizado el 4 de octubre de 2023 en el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP), ha permitido a Aissam escuchar por primera vez.

    El procedimiento consistió en una cirugía en la que se insertó un virus modificado de manera segura en la cóclea de Aissam, el cual transportó copias funcionales del gen responsable de la producción de otoferlina. Este tratamiento innovador permitió que las células ciliadas comenzaran a producir la proteína faltante, restaurando así la capacidad auditiva del niño.

    A tan solo cuatro meses del procedimiento, Aissam ha mostrado una mejora asombrosa en su audición, pasando de una pérdida auditiva profunda a una leve a moderada. Según los médicos, ahora está experimentando sonidos por primera vez en su vida, un hito que ha generado gran optimismo en la comunidad médica.

    Este avance representa una esperanza real para aquellos afectados por sordera genética, aunque es importante señalar que las mutaciones genéticas responsables de esta condición son raras, afectando solo entre el 1% y el 8% de los casos de pérdida auditiva congénita. A pesar de las dificultades que Aissam enfrenta debido a su falta de desarrollo en el habla, su tratamiento marca un precedente que podría abrir nuevas puertas para la investigación de terapias para una gama más amplia de trastornos auditivos infantiles.

    Con este tratamiento, no solo se abren posibilidades para corregir condiciones genéticas poco comunes, sino que también se sientan las bases para el desarrollo de nuevas terapias para otras formas de sordera, lo que demuestra el increíble potencial de la medicina genética en la mejora de la calidad de vida de las personas.