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10 Dic 2024 | 15:41 h

La historia de “Mi Burrito Sabanero”: El villancico que encanta cada Navidad y el olvido de la pequeña gran voz

Este emblemático villancico que marcado a muchas generaciones de latinoamericanos y que esconde una trágica realidad de quien la interpretó, Ricardo Cuenci, quien nunca obtuvo un pago económico.

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    Ricardo Cuenci, el niño que dio voz a este emblemático villancico, jamás recibió el reconocimiento debido.

    Al llegar la temporada navideña lo primero que se tiene a la mente es: “Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén”, es imposible que no entres a una tienda y no escuches este tema que se ha vuelto como un himno para la temporada. Pero detrás de este simbólico villancico, creado en Venezuela en los años 70, hay una historia de éxito, decepción y olvido que casi nadie conoce: la de Ricardo Cuenci, el niño que dio voz e inmortalizó esta canción en versión más icónica.

    Conoce el origen del “Con mi burrito sabanero”, villancico inolvidable

    La historia de “Mi Burrito Sabanero”, también conocido como “El Burrito de Belén”, comienza en 1972 cuando el compositor venezolano Hugo Blanco escribió la canción, inspirándose en las tradiciones navideñas de su país. Aunque inicialmente fue grabada por el reconocido cantante Simón Díaz, Blanco quería algo diferente: que la canción tuviera la frescura de una voz infantil.

    Fue entonces cuando contactó al Coro Infantil Venezuela, donde eligieron a un pequeño de 8 años, Ricardo Cuenci, para liderar la interpretación. En 1975, Ricardo grabó la versión que todos conocemos, acompañado del grupo La Rondallita. Un dato curioso es que, durante la grabación, Ricardo no lograba pronunciar bien la "s" en "sabanero", por lo que se escucha como “tabanero”, un detalle que se mantuvo como parte del encanto de la canción.

    Éxito global que no tuvo recompensa para su voz

    La versión de La Rondallita fue un éxito inmediato. Sonó en rockolas, estaciones de radio y celebraciones en toda América Latina, convirtiéndose rápidamente en un clásico de la Navidad. Sin embargo, mientras la canción ganaba fama, Ricardo y sus compañeros nunca recibieron un pago por su trabajo.

    "Nunca nos pagaron ni un bolívar partido por la mitad", recordó Cuenci en entrevistas, lamentando que su infancia estuvo marcada por la explotación. A pesar de participar en giras y presentaciones internacionales, las condiciones eran difíciles, con problemas de logística y patrocinio.

    La desilusión aumentó cuando su padre rechazó una oferta para que Ricardo se uniera a Menudo, la famosa banda puertorriqueña que lanzó al estrellato a figuras como Ricky Martin. Hoy, Ricardo admite que ese rechazo fue una de las mayores oportunidades perdidas de su vida.

    El legado de Ricardo Cuenci y “Mi Burrito Sabanero”

    Con el paso del tiempo, Ricardo se alejó de la música. Aunque intentó seguir en el ámbito artístico, la falta de reconocimiento y el peso de las frustraciones lo llevaron a dedicarse a otros trabajos, como la publicidad y el campo.

    Sin embargo, su conexión con “Mi Burrito Sabanero” nunca desapareció. A sus 55 años, Ricardo sigue sintiéndose orgulloso de haber dado vida a una de las canciones más queridas de la Navidad. Con el apoyo de su familia, planea lanzar una nueva versión del villancico, esta vez acompañado por su nieta, manteniendo viva la magia que hace décadas llegó a los corazones de millones de personas.

    Ricardo Cuenci no fue tomado en cuenta para la gira a Puerto Rico.

    "Estoy feliz de que la canción siga trayendo alegría a los niños y a las familias cada Navidad", asegura Ricardo, quien ve en este proyecto una oportunidad para dejar un nuevo legado.

    Un recordatorio de justicia para los artistas infantiles

    La historia de Ricardo Cuenci es un reflejo de las injusticias que enfrentan muchos niños artistas en la industria musical, pero también es un recordatorio del impacto que su talento puede tener en generaciones. A pesar de las dificultades, “Mi Burrito Sabanero” sigue siendo un símbolo de esperanza, alegría y espíritu navideño, resonando en los hogares latinos de todo el mundo cada diciembre.

    Así, mientras encendemos las luces del árbol y cantamos este villancico junto a nuestros seres queridos, recordemos a Ricardo, el niño que, con su voz, dio vida a un himno eterno de la Navidad.