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01 Abr 2021 | 17:34 h

Semana Santa: cientos de venezolanos asistieron a procesión religiosa en plena segunda ola

La imagen del Nazareno de San Pablo es una de las procesiones más populares de Venezuela. Seguidores no acataron las medidas de restricción.

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    Cientos de feligreses se aglomeraron el miércoles 31 de marzo en calles de Caracas para contemplar el paso de la imagen del Nazareno de San Pablo pese a los llamados de la Iglesia católica y las autoridades para no hacerlo en medio de una alarmante segunda ola de COVID-19 en Venezuela.

    Por segundo año se prohibió la tradicional aglomeración frente a la Basílica de Santa Teresa, en el centro de Caracas, que esperaba la salida de la imagen para luego acompañarla en su recorrido por toda la ciudad.

    Los organizadores optaron que el recorrido se hiciera a bordo del papamóvil, el vehículo usado por Juan Pablo II durante su visita en 1996, y pidieron a la feligresía que contemplara la procesión desde sus casas.

    Sin embargo, muchos fieles no acataron el llamado. La Policía dispersó a un grupo que se congregó desde temprano en la Basílica y, a lo largo del recorrido, tuvo que apartar a la gente del papamóvil que se acercaba para hacer reverencias y colocar sus manos en el vidrio.

    Un hombre incluso posó su rostro sobre el vehículo, constató la AFP. “Yo no debo estar aquí, salí a comprar alimentos y me enteré de que venía el Nazareno. Por eso me detuve”, dijo Marbella Hernández, una abogada jubilada de 70 años, consciente del riesgo que conlleva exponerse.

    Aumento de casos

    Venezuela atraviesa una segunda ola de COVID-19 que las autoridades califican de “más virulenta” y que vinculan a la presencia de variantes brasileñas en el país. El lunes se reportó un récord de casos diarios con 1.288.

    El número de contagios, el martes 30 de marzo, alcanzó los 159.149 con más de 1.500 muertos, aunque los números son cuestionados por la oposición y las ONG al considerar que existe un alto subregistro.

    Emocionada hasta las lágrimas, Mileidis Zambrano, ama de casa de 38 años, le imploró al Nazareno “mucha salud para Venezuela”. “Que esto pase de una vez, muchas personas están sufriendo”, declaró a la AFP al cubrir su rostro con un tapabocas de tela.