Un hombre de 71 años de edad que pagaba una condena en prisión por haber ultrajado a su menor hija de 14 años, fue beneficiado con la prisión domiciliaria por pertenecer a la población vulnerable de la COVID-19, y se convirtió en el terror de otra menor de 12 años.
Se trata de Gregorio Evaristo quien también embarazó a su hija y la obligó a dar a luz al bebé. El sujeto había estado acosando verbalmente a una niña de 12 años que vive en su misma calle.
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Según la madre de la menor de 12 años, la pequeña la llamó llorando para decirle que el vecino no paraba de decirle cosas cada vez que la veía pasar. Tenía mucho miedo.
La menor reveló que Leiva, quien se juntaba a beber con amigos en la puerta de su domicilio a pesar de la cuarentena, le decía, a viva voz: 'mi amor, te amo, vení' y otras cosas "muy groseras" que son irreproducibles. Y le ofrecía frutas, según le cuenta a este medio su mamá, Eliana.
"No esperaba que lo suelten. Porque más allá de que me digan que estaba con prisión domiciliaria, para mí estaba en libertad. Tenía una pulsera electrónica y podía moverse en un radio de cien metros. Salía con su moto. Era dueño de agarrar a mi hija, llevarla a su casa, hacerle lo que quiera, matarla y dejarla en el descampado que está al lado de su casa", relató la progenitora para RT.
Debido al miedo que le provocaba la situación a toda la familia, su mamá decidió enviarla al domicilio de un familiar, donde podría sentirse más segura. "Estaba muy obsesionado con ella, solo con la nena de 12", cuenta su madre quien aseguró que recibía amenazas de muerte por familiares del acusado.
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Cabe señalar que, la hija del acusado tenía 14, casi la misma edad de la hija de Eliana cuando fue violada por él. Según la madre, existen rumores de que ha abusado de otra de sus hijas, pero no se ha presentado la denuncia. Incluso desde que volvió a su casa ha estado en contacto con otros menores de su familia.
Tras una lucha con la justicia de Argentina para que tomen cartas en el asunto, Eliana consiguió una resguardo policial para ella y su hija. "Esa noche mi hija durmió por primera sin tener pesadillas. Está mucho más tranquila", cuenta la mujer.