Con 28 años ella ha vuelto a nacer, luego de haber dado positivo al COVID-19 y haber pasado 69 días en UCI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Vanessa Martínez ya no ve bien, aún se notan las cicatrices de la traqueotomía, hace una semana le quitaron la sonda que le pusieron en la vejiga y debe de aprender a caminar de nuevo.
“Me salvaron, y ahora me ahogan. Es un día tras otro tras otro tras otro (…) Fui una irresponsable”, declaró al diario español ‘El País’.
La joven, quien cumplirá 29 años el 26 de agosto, no se imaginó que se contagiaría de coronavirus. Martínez entró a trabajar como personal de limpieza en la residencia de ancianos Orpea de Algete, ahí se convirtió en auxiliar de enfermería. “Me dijeron que hacía falta que, aunque no tenía experiencia, era fácil. Dije que sí a pesar del riesgo porque necesitaba trabajar, por mi hija”.
Vanessa se infectó por dos razones: la necesidad y la incredulidad respecto al virus. “No era cuidadosa, andaba sin mascarilla. Era joven, ¿por qué me iba a infectar? Y aquí estoy”.
El 5 de abril comenzó su pesadilla. “Ese día llegué en taxi al Gómez Ulla, tenía fiebre y un cansancio infinito. De ahí me llevaron en ambulancia al hospital de campaña de Ifema. Y no recuerdo más”, contó.
FUENTE: Olmo Calvo/ El País.
La médica Leyre Pérez es la encargada del tratamiento de Martínez y narró un poco cómo llegó la joven: “Ingresó en el Marañón el 17 de abril, la trajeron de Ifema porque presentaba complicaciones. Entró en la UCI cuatro días después y la subimos a planta el 29 de junio”.
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“Llevan tres meses lavándome con esponjas, hasta hace poco ni siquiera podía ir al baño sola. Han estado poniéndome pañales… Pañales”, agregó Martínez. Ella tiene que empezar de nuevo como parte del programa de recuperación tras la UCI para pacientes COVID-19.
La jefa de servicio de Rehabilitación que engloba Fisioterapia, Terapia Ocupacional y Logopedia, Olga Arroyo, explicó al medio español que “Vanessa tiene complicaciones neurológicas y neuropáticas, además de afectación en el sistema nervioso central, falta de equilibrio, de reflejos… Hay que reeducar todo ello, teniendo en cuenta el problema respiratorio. Los tiempos de recuperación para estos enfermos se alargan. La rehabilitación durará fácilmente unos ocho meses y a algunos les quedarán secuelas y no recuperarán el 100%”.
FUENTE: Olmo Calvo/ El País.