En Rusia, los políticos han planteado una idea polémica.“Los prisioneros deberían ser utilizados como conejillos de indias para las vacunas COVID-19, y acelerar la carrera por una cura”, planteó un político ruso de primer nivel durante una entrevista al medio Rossiya-24.
El líder del Partido Liberal Democrático Ruso (LDPR), Vladimir Zhirinovsky, aseguró que miles de presos estarían de acuerdo, pues a cambio de recibir las inyecciones de vacunas experimentales, se les reducirían a la mitad sus condenas.
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“Digamos que un preso está cumpliendo una sentencia de 10 años. Le diremos: ‘Aquí hay un nuevo medicamento. Será probado en usted en un laboratorio dos o tres meses y su condena se reducirá a la mitad’”, sostuvo el ultranacionalista pro Vladimir Putin.
Inmediatamente, la propuesta del diputado, que ocupó el tercer lugar en las elecciones presidenciales rusas de 2018, fue duramente criticada por la fundación de derechos de los prisioneros ‘Rossiya Sidyashchaya’.
“El plan de utilizar a los reos como ganado es una práctica absolutamente normal para Rusia”, advirtió el abogado Alexei Fedyarov, quien lo comparó con la forma en que la Unión Soviética expuso a su propia gente a pruebas nucleares en la Guerra Fría.
Pero admitió que algunos prisioneros pueden estar de acuerdo con la medida “solo para reducir el tiempo en la cárcel y tratar de sobrevivir en condiciones insoportables”, finalizó.
Por otro lado, un miembro del consejo de derechos humanos del presidente ruso, Alexander Brod, instó al presidente, Vladimir Putin a no aceptar el plan. “Nuestros convictos no son conejillos de indias, en los que se pueden realizar experimentos”, dijo.
“Gracias a Dios, dejamos atrás las prácticas del Gulag, cuando los prisioneros eran percibidos como esclavos libres que podían ser arrojados a trabajar en sitios de construcción, pavimentación de carreteras”, finalizó.
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Rusia, el país más grande del mundo sufre una “catástrofe” sanitaria por culpa del coronavirus, que obligó a las autoridades a reaccionar por tener más de 336.000 casos positivos, 108.000 personas recuperados y 3.388 fallecidos.
Con información de: La República.