Las desapariciones, los feminicidios, los intentos de feminicidios, la violencia doméstica, los abusos sexuales, son “el pan de cada día” de los noticieros que muestran la cruda y deplorable realidad de nuestro país. Si bien no existe una solución fácil o inmediata, es necesario comenzar a trabajar desde la raíz: la educación de los más pequeños, según los especialistas.
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Según cifras de la Defensoría del Pueblo, en lo que va del año se han reportado 33 casos de feminicidio y alrededor de 10 muertes violentas. Una cifra alarmante que se suma a las 82 víctimas de tentativa de feminicidio y 326 desaparecidas. Esto sin contar los casos que no han sido denunciados ni televisados.
Con la violencia contra la mujer al acecho, es importante poder educar a los más pequeños de casa, y como la prevención y educación son la mejor arma para erradicar estos casos, es necesario tomar en cuenta los siguientes puntos que han sido establecidos por diversos especialistas.
Según los psicólogos de Harvard, los niños aprenden a ser amables y cariñosos con los demás cuando son tratados de esa manera.
Los niños aprenden los valores éticos y los comportamientos observando las acciones de sus padres y las de aquellos adultos a los que respetan. Para ser un ejemplo para ellos, debemos ser conscientes de que estamos siendo honestos, justos y capaces de resolver conflictos mediante el diálogo, así como capaces de gestionar la ira y otras emociones difíciles de manera efectiva.
Los niños se interesan de manera natural por las cuestiones éticas porque tienen mucho interés en comprender por qué las cosas son como son, y por qué hay personas que actúan como actúan. A menudo, ante una injusticia, consideran la posibilidad de emprender alguna acción y los padres debemos ser capaces de potenciar ese deseo de provocar cambios.
Es de vital importancia que el ser humano desarrolle una adecuada autoestima, de esta manera, cuando el niño sea adulto podrá tener mayor conciencia y seguridad al momento de tomar decisiones fundamentales en su vida, como elegir a su pareja sentimental y tener respeto por ella. Además, al tener una autoestima le será más fácil aceptar los fracasos de su vida, se motivará a seguir adelante.
La psicología señala que la falta de respeto de un niño hacia las niñas generalmente comienza en la infancia, en casa. Por ello, el respeto hacia mamá y hacia las hermanas, es la base del respeto a las mujeres fuera de casa. La forma en la que se expresa de mamá o de sus hermanas y cómo actúa con ellas es clave para entender por dónde es necesario enseñarle.
Un estudio de Universidad Estatal de Arizona demostró que los niños y las niñas comienzan a separarse a partir del último año de preescolar. “Cuanto más obvio es que el género se usa para categorizar a grupos o actividades, más probable es que se refuercen los sesgos y estereotipos de género”, explicó el director de dicha universidad.
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La socióloga Emily Kane explica que son los padres quienes inculcan los roles tradicionales de género, debido a que temen que se burlen de sus hijos. ¿Cómo lo hacen? Con frases como “Corres como una niña”.