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29 Jul 2019 | 18:01 h

Cosas sexistas, racistas y ofensivas que se suele decir en el trabajo

El sesgo inconsciente y la cultura tóxica puede estar en los lugares de trabajo aun cuando los empleados no lo notan.

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    Para evitar que expresiones y acciones que puedan ser tóxicas e innecesarias incomoden a los empleados de diferentes orígenes o identidades.

    Microagresiones en el centro de trabajo

    La microagresiones son expresiones inconscientes de racismo o sexismo que suelen aparecer en comentarios que se piensan inocuos por personas que podrían tener buenas intenciones.

    Pueden ser cosas como decirle a una nueva trabajadora que se “ve como una estudiante” o preguntarle a un compañero de trabajo afrodescendiente si su cabello es natural.

    “Debido a que las microagresiones a menudo se comunican a través del lenguaje, es muy importante prestar atención cómo hablamos, especialmente en el lugar de trabajo y otras instituciones sociales como aulas, juzgados, etc”, declaró Christine Mallinson, profesora del lenguaje, alfabetización y cultura en la Universidad de Maryland, en el condado de Baltimore, a Business Insider USA.

    Frases típicas que son racistas, sexistas y ofensivas

    ‘Tu nombre es muy difícil de pronunciar’

    Una observación del tipo: “La observación sugiere que la persona en cuestión o encaja cultural o lingüísticamente, y que no merece la pena tomarse el tiempo para conocer su identidad”, ha explicado Mallinson a Business Insider USA.

    Qué podrías decir en su lugar: si no puedes pronunciar el nombre de un colega, tan solo pregúntale cómo decirlo.

    No señales que es extraño o desconocido para ti.

    ‘¿De dónde realmente eres?’

    Puede que esta pregunta suene poco ofensiva, pero hay casos donde puede resultar incluso tediosa o una ofensa directa o a su herencia étnica.

    Para los latinos, asiáticos y “las personas que se encuentran entre el binario racial blanco y negro en los Estados Unidos”, la pregunta se vuelve incómoda, escribe la periodista Tanzina Vega en CNN.  

    ‘¿Eres becaria? Te vez muy joven’

    “Al referir la apariencia sobre una mujer en un entorno profesional, se refuerzan las creencias sexistas sobre el valor de las mujeres: ante todo, las mujeres deben ser atractivas, y esta es una función primaria de su rol social”, indica Pennington a Business Insider USA.

    “Cuando un colega masculino le dice a una colega menor ‘Te ves tan joven como una estudiante’, el comentario centra la atención en su apariencia más que en sus credenciales, y puede socavar sutilmente su autoridad en el trabajo”, explica Mallinson a Business Insider USA.

    Además, al resaltar la aparente juventud de alguien también implica que parece inexperto o no cualificado para su trabajo.

    ‘¿Ese es tu pelo real?’

    Recibir este tipo de comentarios sobre el cabello natural de una persona es una lucha constante entre los afroamericanos.

    Según el Instituto Perception, el cabello texturizado de las mujeres afrodescendientes a menudo se percibe como “menos profesional”.

    Para las mujeres afrodescendientes, el prejuicio contra el cabello natural produce los mayores niveles de ansiedad sobre su apariencia.

    En lugar de preguntar o cuestionar la naturalidad del cabello de una mujer mejor es no comentar nada.

    Uno, porque no es el mejor lugar para hacerlo y dos, porque esa información debería ser compartida si la persona desea hacerlo; sin embargo, el trabajo no parece ser el mejor espacio para hacerlo.

    El cabello natural de una persona debe ser aceptado como profesional y amigable para el centro de trabajo, independientemente de su origen étnico.

    (Interrumpiendo) ‘Bueno, de hecho, yo creo…’

    Los hombres son casi tres veces más propensos a interrumpir a una mujer que a otro hombre.

    The New York Times se ha referido a los hombres que interrumpían a las mujeres como “un fenómeno universal”.

    Y lo más cuestionable es cuando el hombre habla de la misma idea que la mujer a la que ha interrumpido, recibiendo todo el crédito por eso.

    Elizabeth Ames, vicepresidenta senior de marketing, alianzas y programas para el Instituto Anita Borg, también ha declarado que esta es una de las mayores microagresiones en el lugar de trabajo que escucha.

    ¿Qué se puede hacer en lugar de cometer este error? Esperar a que la persona termine su pensamiento. Y si te gusta su idea, da crédito siempre.