Las actitudes y situaciones por las que diariamente se atraviesan pueden ser repetitivas que ya no las tomamos en cuenta por su cotidianeidad.
En el día a día no solo hay momentos en los que hacemos nuestras actividades laborales y educativas sino también que tenemos interacción con las demás personas que pueden ser nuestra propia familia, compañeros de trabajo, amigos y personas desconocidas, que no siempre pero también pueden tener actitudes consideradas sexistas, incluso una misma puede haberlas adoptado.
El sexismo es un tipo de discriminación basada en el sexo o el género de una persona y, aunque una de las formas de sexismo más frecuentes es contra las mujeres, no se debe confundir este término con el “machismo” ya que el sexismo discrimina ambos géneros.
Este tipo de situaciones no tienen que ver con el uso correcto de las reglas de la lengua, si no en el significado y connotaciones que le damos.
Las frases pueden ir desde “corres como una niña”, “eres una gallina”, “el color rosa es solo para chicas”, “los niños no lloran”, o “no te vistas como una cualquiera”.
Estas frases despectivas tienen un significado negativo, pero si las usamos en su versión “masculina”, la connotación cambia por completo.
Un ejemplo, no es lo mismo decir “estas como una vaca” que decir “eres toro un toro”.
Se puede reconocer que los términos son usados con una intención negativa o despectiva y una que intenta ser como un tipo de alago.
Desde la infancia, se viven situaciones en las que se crean estereotipos y muchas veces se hacen de manera inconsciente.
Un ejemplo tan conocido como usado hasta la actualidad es el uso de la frase: “las niñas deben ir de rosa y los niños de azul”, “los chicos juegan futbol y las chicas van a clases de baile”, “los niños guerreros y las niñas princesas”.
Es bastante común fomentar ideas o estereotipos de rol como “los niños son médicos y las niñas deben ser enfermeras”.
Como mujeres vivimos situaciones sexistas casi todos los días, una muestra de ello son las diversas preguntas que se nos suele hacer como: “¿Cuándo piensas tener hijos?”, “¿Vas a casarte algún día?”, “¿dejarás tu trabajo después de tener hijos?”.
Otras situaciones que pueden darse en el trabajo son las que se suelen pasar por alto en los centros de trabajo.
Tener una idea errónea de que cuando las mujeres son ascendidas en su trabajo puede ser porque ha tenido una relación íntima o ha realizado un favor sexual a u superior o jefe y no por su valía o su esfuerzo.
Otro caso es cuando las mujeres usan prendas como una falda corta o un escote y se piensa que es una muestra de que necesariamente está “buscando algo” o es “fácil”, lo cual se reduce a un pensamiento estereotipador o con prejuicios.
Sin embargo, los hombres no pasan por estas situaciones o preguntas como las mujeres.
Con este breve resumen de situaciones y casos más cotidianos a los que las mujeres son expuestas y debemos tener en cuenta cómo podemos dejar de hacerlo si no éramos conscientes o evitar replicar o asentir en grupo si alguien de nuestro entorno emplea una conducta de este tipo.
