La diversidad de familias ha generados distintas formas de educar a los niños o hijos que pueden guardar relación con otras familias sin ser cercanas o solo dejarse llevar por comportamientos que parecen normalizados e inofensivos.
Comportamientos tales como hacer que los hijos o niños besen o abracen a extraños o conocidos.
Algunos defensores de esta costumbre o práctica sugieren que solo se trata de enseñar modales, pero lo cierto es que esto tiene una relevancia para el niño y no debería hacerse.
El miembro del comité ejecutivo de la Academia de Pediatría Americana, Jack Levine, considera que lo que está mal no es que el niño no quiera hacerlo sino el obligar al niño hacerlo.
El doctor Levine explica que los niños sentirían que hay fuerzas ajenas a ellos más importantes que sus sentimientos o lo que ellos desean.
Esto podría afectar el desarrollo emocional del niño a futuro y dejando sin valor sus sentimientos.
“Si fuerzas a los niños a abrazar o besar a alguien que no conocen bien, les enseñas que no tienen voz en la decisión de a quién mostrarle su afecto.
Comenzarán a creer que mostrar su afecto se debe de hacer siempre que se solicite sin importar lo que sienta o piense”.
Por su parte, la doctora en pediatría Nancy Steinberg explica que “obligar a los niños a besar o abrazar tiene secuelas negativas en su desarrollo emocional”.
Lo ideal que los padres necesitan hacer es no obligarlos.
Quizás el asunto es que no se sienta dispuesto en ese momento o que no sienta la confianza suficiente.
También puedes hablar con tu hijo y darle la atención necesaria para que sepa que puede confiar en ti y sobre todo no les llames la atención o los regañes por eso.
Lo mejor que puedes hacer como padre es tener empatía y ponerte en su lugar, ser comprensivo y entender que el carácter de tu hijo es distinto al tuyo y está aún en desarrollo.
También puede ser que tu niño no tome confianza como lo demás niños y lo idóneo como padres es no compararlo con otros.