El miedo que sienten los inmigrantes en Estados Unidos por una posible deportación llegó a las instalaciones de trabajo del presidente Donald Trump. Son 21 trabajadores indocumentados que laboran en la empresa del norteamericano y le mandan una carta pidiendo legalizarse.
La información emitida por The Washington Post fue confirmada por 21 exempleadores de la Organización Trump. "Estamos escribiéndole para pedirle respetuosamente una reunión", emitieron a través de un mensaje.
La presentación de la carta fue firmada por jardineros y personal de limpieza y cocina que trabajaron en los campos de golf de la Organización Trump. "Amamos a Estados Unidos y queremos hablar con usted para que nos ayude a darnos la oportunidad de ser legales. Sabe que somos trabajadores y que no somos delincuentes", agregaron en los exempleadores del presidente.
Los indocumentados le recordaron al mandatario que trabajaron "muy duro para hacer que los clubes de golf sean un éxito y para mantener felices a los miembros y visitantes".
En los últimos años, muchos de los afectados alzaron su voz luego de ser despedidos de las empresas de Trump, no solo en los hoteles y en los campos de golf del presidente, sino también en sus viñedos y en las casas de sus hijos.
A su vez, otros testigos comentaron al medio Univision que contribuyeron a producir vino en el viñedo de Virginia, propiedad de Donald Trump. “Yo llevo aquí seis o cinco años’’, dijo uno de los trabajadores que asegura fue contratado tras presentar documentos falsos que no fueron verificados.
Lo que les genera indignación a los extrabajadores es que los gerentes conocían la situación migratoria y los contrataron sin inconvenientes aunque la organización del presidente afirma que usaron documentos falsos y los despidieron ni bien se enteraron de los casos.
En la investigación emitida por The NewYork Time revelaron el caso de la primera latina indocumentada. Victoriana Morales nació en Guatemala y pasó la frontera en 1999. La latina ingresó como mucama en la casa de los Trump en 2013 pero luego de cinco años decidió renunciar. Pues, la supervisora del club abusaba de los trabajadores indocumentados.