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28 May 2019 | 16:59 h

¿Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer? No, ¡ellas sobresalen!

Pese a dificultades sociales o culturales, mujeres de diferentes ámbitos lograron sobresalir e ir más allá del “detrás un gran hombre hay una gran mujer”.

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    Siri Hustvedt pasó de ser una escritora conocida por su defensa del feminismo y por ser la esposa del literato estadounidense Paul Auster a obtener el Premio Princesa de Asturias de Letras, el mismo galardón logrado por su pareja 13 años atrás.

    Con el galardón de este miércoles ahora por derecho propio tiene un nombre en la literatura mundial, un caso replicado en multitud de situaciones, donde pese a dificultades sociales o culturales, mujeres de diferentes ámbitos lograron sobresalir e ir más allá del “detrás un gran hombre hay una gran mujer”.

    Marie Curie (1867-1934)

    Ganó al Nobel de Física en 1903 junto a su marido, Pierre Curie, y Henri Becquerel, por investigaciones sobre la radiación y, 8 años después, el de Química en solitario por descubrir el radio y el polonio, nombrado así por su origen polaco.

    Primera persona en lograr dos Nobel en distintas especialidades, también fue la primera mujer doctora en Ciencias en Francia y, 61 años después de su muerte, la primera en entrar al Panteón de París.

    Colette (1873-1954)

    Una de las grandes escritoras francesas de la historia, Sidonie-Gabrielle Colette era solo una pieza más en el andamiaje de su esposo, el novelista popular Henry Gauthier-Villars, “Willy”, que firmaba como propias obras de escritores “fantasmas”.

    Willy impulsó a escribir a Colette, pero se apropió sin pudor de “las Claudine”, relatos de las vivencias escolares y de juventud de su esposa. Cansada de eso y la vida disipada de su marido, Colette se divorció, exploró su sexualidad y dejó obras como “Gigi”.

    Frida Kalho (1907-1954)

    Tras sobreponerse a la poliomielitis y a un choque entre un tranvía y el autobús en el que iba, que dejaron marcados su cuerpo y su vida, también luchó contra la fama de su esposo, el muralista Diego Rivera; sus infidelidades y el machismo de la sociedad de su país, México.

    Postrada por largos periodos en su cama de la Casa Azul y con una vida nada convencional, su “mexicanidad” y su pintura intimista le granjearon el reconocimiento mundial, convertirse en la primera mexicana con un cuadro adquirido por el Louvre y la mujer más importante de las artes plásticas de Latinoamérica.

    Margaret Keane

    En la década de los sesenta y por más de 10 años, los cuadros y grabados de personas y animales con grandes ojos que se popularizaron en California (EE.UU.) eran atribuidos a su esposo, Walter Keane. Las obras venían con la firma del apellido común.

    Tras divorciarse en 1965, reclamación de derechos, retos públicos para demostrar la autoría y un publicitado juicio en 1986 en el que frente a un jurado quedó demostrado quién era el pintor, Margaret Keane finalmente pudo reclamar como propia su obra.

    Violeta Barrios de Chamorro

    Tras el asesinato en 1978 de su esposo, Pedro Joaquín Chamorro, uno de los principales opositores a la dictadura de los Somoza en Nicaragua, siguió apoyando la lucha revolucionaria y formó parte al inicio de la Junta de Gobierno tras la victoria del sandinismo.

    Desencantada, no solo abandonó el nuevo Gobierno si no que en 1990 logró lo inesperado: ganarle las elecciones a Daniel Ortega, la primera mujer elegida para la Presidencia de un país en América Latina.

    Elizabeth Taylor (1932-2011)

    Richard Burton fue uno de los grandes galanes de Hollywood, con 7 nominaciones al Óscar, pero no pudo quedarse con el amor de su exesposa ni igualar sus logros.

    Pese a su tumultuosa vida personal, que incluyeron dos matrimonios con Burton y seis más, Liz Taylor pasó a la historia del cine con 2 premios de la Academia, varios Globos de Oro y unos inolvidables ojos violeta.

    Hillary Clinton

    Tras una brillante aunque corta carrera como abogada graduada de Yale, jugó el papel testimonial de primera dama de Arkansas, primero, y de EE.UU., después, al lado de su esposo, el expresidente Bill Clinton, y tuvo que enfrentar la vergüenza del escándalo Lewinsky y su vestido azul.

    Pese a eso, y con más detractores que seguidores, fue senadora, secretaria de Estado y candidata presidencial. Por el voto popular debería haber sido la primera presidenta de Estados Unidos, pero el complejo sistema electoral de ese país le dio el triunfo a Donald Trump.

    Beyoncé

    Jay-Z es gurú del rap, pero Beyoncé es huracán del pop. Reconocida por Destiny’s Child, aunque el inicio en 2003 de su carrera solista coincide con el comienzo de su relación amorosa un año antes, es una estrella con luz propia: 22 premios Grammy y 63 nominaciones, más de 118 millones de discos vendidos, ícono de la moda, actriz, empresaria.

    Tras casarse en 2008, “The Carters” (por el apellido de su esposo) se convirtieron en “La primera pareja musical billonaria” de la historia y ella sigue rompiendo moldes para las mujeres y la comunidad negra en el mundo del espectáculo.

    Con información de Efe.