A Katherine Johnson, le encantaba contar, de hecho lo contaba todo, hasta los platos que lavaba, y fue su maravillosa capacidad para el cálculo lo que ayudó a poner en órbita el Apolo XI, que llevó por primera vez al hombre a la Luna.Las grandes misiones científicas son fruto del esfuerzo combinado de grandes equipos en los que todas las aportaciones cuentan, como la de Johnson y otras mujeres afroamericanas, cuya labor en la Nasa fue durante años desconocida para el gran público, hasta la llegada de la película "Hidden Figures" ("Figuras ocultas", 2016).
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Ella fue una de las mujeres negras que formaban un equipo en el Centro de Investigación Langley para calcular la trayectoria de los primeros lanzamientos espaciales, unas operaciones que hoy hacen los ordenadores, pero en los años sesenta los "ordenadores llevaban falda", según sus palabras recogidas en los numerosos documentos que la Nasa le dedica en su web.
De hecho, la Nasa reconoce en su web que "no habría podido hacer esas cosas sin Katherine Johnson y su amor por las matemáticas".
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Johnson fue una niña curiosa y brillante nacida el 26 de agosto de 1918 en White Sulphur Springs (Virginia, EE.UU), que a los 10 años ya cursaba secundaria. Entró en la Universidad estatal de West Virginia donde se graduó en Matemáticas y francés con los máximos honores en 1937 y aceptó un trabajo como maestra en una escuela pública para negros. (Con información de EFE)