La clave para un cabello sano y brillante está en cuidarlo antes, durante y después de alisarlo. Aquí te doy los mejores tips para protegerlo del calor.
Únete al canal de Whatsapp de Wapa Si eres fanática de la plancha, seguro entiendes ese placer instantáneo de ver tu cabello impecable en cuestión de minutos. La plancha es nuestra aliada para lograr un look pulido y elegante, pero también puede ser un arma de doble filo si no tomamos las precauciones necesarias. Yo lo sé porque pasé por esa etapa en la que mi cabello comenzó a mostrar las señales de abuso: puntas abiertas, resequedad y un frizz que parecía incontrolable.
En ese momento, me pregunté si realmente podía seguir usando la plancha sin que mi melena terminara pagando el precio. Así que me puse a investigar, probé productos, cambié rutinas y poco a poco fui aprendiendo qué funciona y qué no. Hoy puedo decirte que es posible disfrutar de un cabello liso y perfecto sin sacrificar su salud ni su brillo. Solo necesitas incorporar algunos hábitos clave que marcan la diferencia. ¿Lista para descubrirlos? ¡Te los comparto algunos consejos para cuidar tu cabello sin lastimarlo!
El primer paso es lavarte el cabello con productos hidratantes y reparadores. Busca champús y acondicionadores con ingredientes como keratina, argán o aceite de coco. Estos fortalecen el cabello desde adentro y le aportan la hidratación necesaria para resistir el calor. Ah, y algo muy importante: asegúrate de secar tu cabello completamente antes de usar la plancha. ¿Por qué? Porque planchar el cabello húmedo lo quema más fácilmente.
Un buen protector térmico es tu mejor aliado. Este producto forma una barrera entre el calor de la plancha y tu cabello, ayudando a prevenir daños. Busca un protector que contenga ingredientes hidratantes como aceites naturales o proteínas que nutran tu melena. Aplica el producto uniformemente en todo el cabello, desde la raíz hasta las puntas, y peina para distribuirlo bien.
La temperatura de la plancha es crucial para evitar daños. Utiliza temperaturas más bajas si tienes el cabello fino (160°C a 180°C) y un poco más altas (180°C a 200°C) para cabellos gruesos o rizados. Siempre comienza con la temperatura más baja y aumenta solo si es necesario. Recuerda que menos es más: una sola pasada puede ser suficiente si la temperatura está bien ajustada.
Después de usar la plancha, no descuides la hidratación. Aplica un serum o aceite capilar que ayude a sellar la humedad y aporte brillo a tu melena. Esto no solo mejorará su aspecto, sino que también ayudará a reparar cualquier daño causado por el calor. Considera hacer tratamientos hidratantes semanales para mantener tu cabello en óptimas condiciones.
Por último, recuerda que menos es más cuando se trata de calor. Intenta reducir la frecuencia con la que usas la plancha y dale a tu cabello tiempo para recuperarse entre sesiones. Alternar con peinados sin calor, como trenzas o moños, puede ser una excelente manera de mantener tu estilo mientras proteges tu melena.