Diana Spencer poseía una belleza deslumbrante, que perfeccionó mediante diversos consejos inesperados para su época.
La princesa Diana, conocida mundialmente como Lady Di, no solo fue un ícono de la moda y la elegancia, sino que también dejó un legado de sencillos pero efectivos secretos de belleza que han perdurado a lo largo del tiempo. Su vida estuvo marcada por un estilo único que combinaba sofisticación con un enfoque natural, convirtiéndose en un referente atemporal para muchas mujeres alrededor del mundo.
A lo largo de su trayectoria, Diana desarrolló una rutina de belleza que enfatizaba la frescura y la autenticidad, lo que la llevó a ser admirada no solo por su apariencia, sino también por su personalidad encantadora y su compromiso con causas sociales. Aquí exploramos algunos de sus trucos más destacados que aún pueden inspirar a las nuevas generaciones.
Uno de los secretos mejor guardados de Lady Di era su uso del rímel. Según Mary Greenwell, su maquilladora, Diana siempre buscaba resaltar sus ojos azules con varias capas de este producto. A diferencia de otros elementos del maquillaje que estaban limitados por el protocolo real, el rímel le permitía crear un efecto dramático sin romper las reglas.
Diana nunca salía de casa sin asegurarse de que sus labios estuvieran bien hidratados. Utilizaba bálsamos labiales antes de aplicar cualquier color, optando por tonos sutiles que complementaran su look sin ser demasiado llamativos. Este enfoque no solo realzaba su belleza natural, sino que también cuidaba la salud de sus labios.
A pesar de la tendencia a utilizar pestañas postizas, Lady Di se sentía cómoda con sus propias pestañas largas y densas. Greenwell mencionó que Diana no sentía la necesidad de añadir extensiones o postizas, lo que le permitía mantener un aspecto auténtico y natural. Además, para darle mayor impacto a sus ojos, utilizaba un delineador azul eléctrico que acentuaba su mirada. Sin embargo, con la llegada de Mary Greenwell a su vida, comenzó a experimentar con tonos más suaves y naturales, adaptando su estilo a algo más acorde con su personalidad.
Diana era conocida por su distintivo aroma, ya que nunca salía del palacio sin una fragancia. Sin embargo, no solo utilizaba perfumes costosos; también incorporaba aceites esenciales en su rutina. Uno de sus favoritos era el aceite Revive Evening de Aromatherapy Associates, que combina geranio, sándalo e Ylang Ylang. Este aceite no solo tiene propiedades energizantes que facilitan la socialización, sino que se recomienda especialmente para aplicar antes de eventos o fiestas.
Diana entendía que cada piel es diferente y que, para lograr un rostro radiante y saludable, era fundamental utilizar productos que se adaptaran a sus necesidades específicas. En este sentido, se dice que tenía una crema hidratante creada especialmente para ella, que siempre llevaba en su bolso. Esta crema no solo cumplía con sus expectativas de hidratación, sino que también estaba formulada para abordar sus preocupaciones particulares sobre la pie
La filosofía de belleza de Lady Di se basaba en la simplicidad. No se dejaba llevar por tendencias excesivas ni por maquillajes elaborados. Su enfoque era lucir hermosa sin alterar sus rasgos faciales distintivos, lo que le permitió proyectar una imagen genuina y accesible.