Paula Manzanal es de las más fashionista y es que su alto estilismo la ha consagrado como una de las más vanguardistas al vestir. Han sido innumerables veces en las que la bella modelo ha invocado diversos styles como el patchwork en un conjunto de dos piezas, llenado, un top bandeau y una falda envolvente de maravilla que se apoderaba de su imagen.
Otro de los looks que marcó la atención en el lente de Wapa, fueron los preciados bikinis que han acaparado la atención de todos sus seguidores por Instagram. Pues la bella Paula Manzanal se ha vanagloriado con estampados savage como el animal print y el floreado y como también otros que se posaban con detalles como cadenas, brillos y pedrería. Efectivamente, los que no podían faltar eran los de tonalidades enteras con diferentes texturas atractivas.
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Paula Manzanal en esta ocasión nos deslumbraba nuevamente con un encantador outfit. Y es que esta vez, la bella modelo encapsularía la sensualidad de una noche de Ibiza con un candente y seductor vestido. Como bien sabemos, la tendencia del vestido lencero es de las más llamativas y recurridas por el Street Style para disfrutar de las noches de fiesta, pues estos vestidos proponen toda la sutileza femenina.
Otro aspecto que tratar fue el color, siendo el amarillo radiante. Este tono en la textura del satén sí que se realza por su brillo y suavidad al tacto. Este amarillo simboliza la genialidad de la energía nocturna y es que no únicamente esta tonalidad puede ser representante de una prenda durante el día, sino que cae a la perfección también para la noche.
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La revista Harpers Bazaar nos ayuda con la definición de esta tendencia atractiva y seductora: “Eran los 'locos años 20' y una silueta se hacía hueco entre la cantidad de complementos y detalles que inundaban los atuendos. Se trataba de los vestidos lenceros, esos diseños de tirantes finos y silueta fluida, generalmente de satén y corte recto que las mujeres comenzaban a vestir vaticinando una de las tendencias reinas de, también, los años 90. Si en los años 20 eran lucidos con toda tipología de ornamentación -joyas, pañuelos o collares-, setenta años más tarde fueron rescatados para presentarse en su versión más minimal acaparando todo el protagonismo por cuenta propia. El slip dress era la pieza que no podía faltar en ningún armario para vestir en las ocasiones más especiales, pero también en el día a día reinventado, como en superposiciones sobre camisetas de manga corta o larga básicas”.