El aceite de coco es uno de los productos naturales de origen vegetal más completo que puede ser utilizado de forma medicinal y cosmética. En el mundo beauty destaca por su grandiosa acción reparadora respecto al cuidado del cabello y diversos tipos de tratamientos de belleza.
Este aceite tiene muchos usos, ya sea para cocinar un rico postre saludable o para fortalecer nuestras uñas y pestañas, pero, esta vez nos vamos a enfocar en cómo aplicarlo correctamente en nuestra cabellera para conseguir mejores resultados.
Sabemos que el aceite de coco no posee sustancias agresivas pues está en su lugar tiene vitaminas, minerales y proteínas que fortalecen e hidratan hasta a la melena más desahuciada.
Podemos aplicarlo para tratar la caspa, el exceso de frizz, estimular el crecimiento del cabello y una infinidad de beneficios más. La forma más habitual de usarlo es aplicarlo directamente y sin mezclarlo con otros ingredientes.
Para ello te brindamos los secretos de los especialistas para aplicar el aceite de coco como una experta y aprovechar al máximo sus múltiples beneficios.
-Divide tu cabello en varias secciones de forma que puedas aplicar y distribuir el aceite de la mejor forma. Reconoce las áreas más dañadas y aplica una mayor cantidad. Si tu melena se pone grasa fácilmente evita las raíces y concéntrate en las puntas.
-Úsalo por las noches. El aceite podría darle a tu cabello un aspecto un tanto grasoso pues toma tiempo en penetrar en la melena.
-La temperatura es importante. Todo tipo de aceites tienen mejores efectos si los calentamos un poco; sin embargo, a la hora de echarlo en tu cabellera procura que esté tibia. Frota el líquido por unos segundos en la palma de tus manos y comienza a usarlo.
-De preferencia deja que actúe por 20 o 30 minutos. Si tu cabello tiende a ser grasoso ese será el tiempo ideal, pero, si tu cabellera se reseca puedes dejarlo por más tiempo. No olvides enjuagar al final tu cabello.
-El calor ayuda a potenciar la acción del aceite. Si vas a realizar por la noche o en el día procura cubrir tu cabello con un gorro o, en su defecto, puedes calentar una toalla con una secadora de pelo y envolver tu melena.