Es difícil creer que dentro de cien años se pueda abarcar dos guerras mundiales, el nacimiento del rock and roll, el descubrimiento del ADN, y personajes tan legendarios como Albert Einstein, Picasso y Martin Luther King.
Pero al igual que estos constantes cambios sociales, científicos y culturales, la industria de la moda no se queda atrás. Porque en cien años, miles de tendencias han pisado las pasarelas y las calles representando una época tras otra.
A continuación, mostramos las prendas y piezas más icónicas de cada década.
Probablemente la prenda más controversial de la historia de la moda. Durante el siglo XIX, el cuerpo de la mujer se mostró oprimido por el corsé, queriendo emular la famosa silueta “reloj de arena”. Esta lucha diaria entre moda errática y superficial versus salud y comodidad, fue acabando poco a poco a comienzos del siglo XX, con la introducción de prendas más funciones como las faldas largas o blazers.
El principal impulsor de esta tendencia fue Paul Poiret, quien erróneamente se le atribuye de haber liberado a la mujer del corsé. Pues, si el hombre le declaro la guerra a esta incomoda prenda, fue para ganar fama con la creación de su falda y la silueta “La Vage”. Una prenda no menos incomoda, ya que era tan estrecha por abajo que con ella solos se podía andar diminutos pasos. Por suerte, esta tendencia duro muy poco.
Si hay algo icónico en los años 20 son las flappers. El culto a la juventud y las ansias de rebeldía que se vivieron en los supuestamente años felices caracterizaron a estas mujeres liberadas. Mujeres que se enfrentaron a todas las normas establecidas, que piden el voto femenino, bailan jazz, beben licores, conducen y se cortan el pelo muy corto, ahora conocido como “bob”.
El crack de 1929 disuadió a muchas clientas norteamericanas a comprar marcas parisinas, lo que generó el desempleo de más de 10.000 empleados. Ante la Gran Depresión, el cine se convirtió en el mejor escape, y actrices como Bette Davis, Jean Harlow y Madeleine Vionnet popularizaron los vestidos de seda cortados al bies.
Una de las consecuencias que trajo la Segunda Guerra Mundial fue la reducción de fibras para la producción de ropa. Al haber menos tela con que trabajar, los trajes de baño de dos piezas alcanzaron su máxima popularidad.
En 1946, Jaques Heim diseño un modelo de tiras que enseñaba el ombligo, al que denominó “bikini”, en relación a una bomba nuclear estallada en el atolón de bikini. Y precisamente esta prenda cayó como una bomba sobre una sociedad que aún no estaba dispuesta a ver el cuerpo de una mujer tan descubierto.
Christian Dior definió la década de los 50’s gracias al “new look”. Luego de una época de guerras y limitaciones en todo sentido, Dior aparece como una luz para presentar un derroche de tejidos y faldas con vuelos.
Aunque no se sabe muy bien quien fue el diseñador de esta prenda; André Courrèges o Mary Quant, lo que está claro es que representó a la perfección la libertad para los movimientos reivindicativos. Quant declaro al New York times que “Si no hacía las faldas lo bastante cortas, las chicas de Chelsea, que tenían unas piernas maravillosas, sacarían las tijeras y las cortarían ellas mismas”.
La década de los 70 jugó con los vaqueros ensanchados, los tacones gruesos y los tejidos sintéticos. En Nueva York el estilo disco era la tendencia, mientras que en Londres la estética punk era promovida por Vivianne Westwood.
En los 80’s la fiebre por el aerobic hizo que los leggings ganaran terreno y se convirtieran en la pieza más usada; combinadas con calentadores, camisetas sin manga, e incluso una cinta en el pelo.
Por otro lado, el incremento de las mujeres en el ámbito laboral trajo consigo el traje de falda y chaqueta.
Esta década no se caracterizó por ningún estilo específico, sino que se definió como un impulso de las personas por marcar su individualidad y buscar piezas simples y casuales para sentirse cómodas y sin darle mucha importancia a las tendencias. Los colores negro, blanco y gris tomaron protagonismo.
¿Sorprendida? Aunque no lo creas, este es un clásico de los 2000. Todo lo brillante y aterciopelado que podía ofrecer Juicy Couture se agotaba en las tiendas. Gracias especiales a Paris Hilton, Jennifer López y por supuesto, Britney Spears.