Al igual que los seres humanos, las mascotas también necesitan ejercitar su mente para mantenerse saludables. Las actividades físicas no solo mejoran su rendimiento sino que también permite estimular una serie de sentidos en perros y gatos.
Según explicó el etólogo clínico y director Médico de la Clínica de la Universidad de las Américas (UDLA), Santiago Prado, si los animales logran resolver problemas planteados por sus duelos, su cerebro obtendrá un mejor desarrollo.
La combinación de ejercicios mentales y físicos evitará que su mascota tenga un surgimiento de conductas destructivas o una actitud agresiva para con usted o algún miembro de su familia.
Es por ello que es muy necesario estimularlos de distintas formas en cada etapa de sus vidas. Las actividades en los primeros años es para evitar que tengan miedo en un futuro.
Esto permite que el animal no tenga actitudes miedosas, ansiosas o problemas de conducta. Más aún si se toma en cuenta que durante su crecimiento tendrá momentos muy sensibles.
Utilizar la frase "nada es gratis en la vida" es importante para educar a su mascota. No con el afán de decírselo sino por recompensar alguna actitud o el desarrollo de algún reto. Esto fomentará un mejor crecimiento.
Los juguetes forman parte de la vida cotidiana de los perros y gatos. Aunque los primeros, en cierta edad son más destructivos debido al crecimiento de sus dientes, son más fáciles de educar.
Debido a su comportamiento y naturaleza, en su mayoría, los felinos tienden a ser muy independientes. Las diferencias entre conductas son más que visibles: los perros tienden a masticar para calmar su ansiedad, mientras que los gatos liman sus uñas en maderas o sillones.
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Prado propone que destinen a sus mascotas un lugar donde puedan desarrollarlos físicamente y mentalmente. Un buen lugar, por ejemplo, es la playa debido a su extensión y posibilidades de movimiento.
Sin embargo, se puede ir empezando en lugares un poco más pequeños, como la sala de su casa, en donde se le explica la importancia de su comportamiento. Aquí surge la dinámica de la botella.
La idea es que pueda observar el estímulo de su perro o gato ante las diferentes actividades planteadas. Eso le permitirá conocer y saber a ciencia cierta que hacer