Un hombre de 44 años fue detenido por la Guardia Civil en la localidad española Vegas del Genil, en Granada (España), por mantener un criadero clandestino de perros.
El hombre los mantenía cautivos en un antiguo secadero de tabaco, donde los agentes de seguridad se percataron que algunos perros movían sus bocas, pero no se les podía escuchar el ladrido. Este hecho llamó la atención de los hombres y decidieron ir más a fondo.
En ese instante fue donde los presentes se dieron cuenta que los canes no podían emitir sonido debido a que tenían las cuerdas vocales cortadas.
De los 98 perros que mantenían en el secadero de tabaco, fueron 34 los que presentaban esta intervención quirúrgica.
De acuerdo con El País, el detenido "manifestó a los investigadores que cortaba las cuerdas vocales a muchos de sus animales para evitar que con sus ladridos quedara al descubierto la ubicación de su negocio".
En esa misma línea, el falso veterinario fue acusado de tener este criadero ilegal, donde se hallaron razas como caniche, pomerania, chihuahua, bichón maltés y spitz. El falso profesional indicó que él mismo realizaba las intervenciones quirúrgicas.
Según la Guardia Civil, a pesar de encontrar a los canes algo hacinados, la apariencia era de estar bien cuidados y en buen estado de salud o al menos es lo que apreciaron inicialmente.
Con estos antecedentes, la justicia española acusa al hombre de maltrato animal, como también de instrusismo profesional, con respecto a las supuestas intervenciones que realizó a los perros sin tener título veterinario.
Se sospecha que el detenido también pudo haber encubierto a algún veterinario implicado en esta intervención de los 'lomitos'.
En algunos países, aquellos que cometan actos de maltrato o crueldad en contra de los animales tendrán una pena de 3 meses a 1 año de prisión y de 50 a 100 días de multa, aumentando hasta en una mitad si estos casos provocan una incapacidad parcial o total permanente al animal que la sufrió.