Simon Broscombre, joven 35 años de edad, natural de Blackpool en Inglaterra, le cortó las orejas a su perro de raza bulldog llamado Tyson.
La policía tomó conocimiento del hecho tras una denuncia realizada por uno de los vecinos de Simon y rescataron a Tyson para conducirlo a un refugio de animales.
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Según el informe policial, Simon habría cercenado un pedazo de cada una de las orejas de su mascota porque quería que tuviera una apariencia “más ruda”.
El Tribunal de Magistrados de Blackpool, consideró este hecho como maltrato animal y tras las anteriores denuncias en su haber fue condenado a no poder tener mascotas de por vida. Asimismo, se le ha ordenado completar 200 horas de trabajo comunitario no remunerado y pagar costos de más de 1000 dólares.