Perú alberga en su vasto territorio una larga lista de patrimonios culturales y naturales convertidos en atractivos turísticos, los cuales movilizan a los visitantes nacionales y extranjeros que desean conocer y maravillarse con esas joyas creadas por la madre naturaleza o por culturas ancestrales que dejaron huella en el desarrollo de nuestro país.
Ante la proximidad del Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de setiembre, y aunque resulta difícil elegir, presentamos una lista de 10 destinos imperdibles del Perú que todo peruano debe conocer y visitar alguna vez en su vida.
La ciudadela inca, ubicada dentro del Santuario Histórico y Parque Arqueológico de Machu Picchu, es el principal atractivo turístico del Perú y ha sido distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno.
La creciente fama global de la ciudadela edificada en el siglo XV por orden del inca Pachacútec, sobre la cima de una montaña, a 2,453 metros sobre el nivel del mar, atrae a millones de personas de todo el planeta que desean conocer y quedar admirados por su cautivante belleza.
Esta bien merecida admiración, y gracias al voto de millones de peruanos y de ciudadanos de diversas partes del orbe, Machu Picchu fue declarada en el concurso organizado por la Fundación New 7 Wonders, como una de las nuevas siete maravillas del mundo, el 7 de julio de 2007.
En octubre de 2020, Machu Picchu fue uno de los primeros en recibir el sello Safe Travels como destino turístico que garantiza una visita segura al contar con las medidas preventivas para evitar el contagio de la COVID-19.
Asimismo, Machu Picchu desarrolló la iniciativa Carbono Neutral, que lo convierte en un destino turístico de referencia mundial en la reducción de dióxido de carbono (CO2) y la gestión de residuos sólidos.
Pese a que el aforo se redujo ostensiblemente debido a la pandemia, con la reactivación económica ha ido aumentando y en la actualidad la ciudadela inca recibe de 1,600 a 1,800 turistas por día.
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El Qhapaq Ñan o Camino Inca, en la región Cusco, invita a una travesía única que permite apreciar, durante cuatro días, la sobrecogedora belleza del Valle Sagrado con sus montañas nevadas, multicolores campos de cultivo, emblemáticos complejos arqueológicos y poblados con diestros artesanos.
A lo largo de sus más de 3,000 hectáreas, el Valle Sagrado alberga a poblados emblemáticos como Chinchero, donde residen extraordinarias tejedoras; Písac y su concurrida feria artesanal; Urubamba y su cosmopolitismo; Ollantaytambo con su impactante fortaleza pétrea que enamora a los visitantes.
También se puede disfrutar de las deslumbrantes salinas de Maras y los andenes circulares concéntricos de Moray a los que se atribuye una función de investigación agroclimática.
Este sector de la carretera empedrada que unió a todo el imperio de los incas también brinda la oportunidad de fascinarse con escarpadas montañas cubiertas del verdor y vapor propios de la ceja de selva. Y sentir casi siempre la compañía del Vilcanota, el río sagrado de los incas. Con suerte, es posible avistar especies silvestres representativas de una vasta biodiversidad, como osos de anteojos, cóndores, vizcachas y venados, entre otros.
Este inolvidable recorrido culmina en Machu Picchu, la joya turística del Cusco y del Perú. La ciudadela pétrea construida sobre la milenaria montaña que le confiere su nombre espera a los visitantes como el premio mayor a la desafiante travesía. Merecida recompensa para quienes anhelan visitar, alguna vez en su vida, a una de las siete nuevas maravillas del mundo y patrimonio de la humanidad.
La ciudadela fortificada de Kuélap sigue cosechando reconocimientos como destino turístico a escala internacional, y la publicación internacional de viajes y turismo Lonely Planet destaca que el nuevo teleférico y el incremento de vuelos desde Lima hacen que sea más accesible a la visita de este complejo arqueológico cuya construcción, hecha por la civilización Chachapoya, es más antigua que Machu Picchu.
Por ello, hoy en día se encuentra en los planes de muchos viajeros nacionales y extranjeros deseosos de vivir una experiencia de aventura sin precedentes. Y vaya que así lo sienten quienes llegan a esta ciudad amurallada, de envidiable belleza arquitectónica, levantada sobre una montaña rodeada de nubes que le confieren un mágico escenario.
Es uno de los nuevos imanes turísticos del Perú. El lago sagrado, de cuyas aguas color zafiro surgieron -según una remota leyenda- Manco Cápac y Mama Ocllo, los fundadores de la civilización incaica, es también el epicentro de la cultura aimara.
El lago Titicaca registra cada año una creciente afluencia de visitantes atraídos por sus relucientes aguas que acogen a islas flotantes hechas de totora donde viven ancestrales culturas aimaras.
Estas poblaciones altiplánicas invitan a una estancia nutrida de vivencias con sus tradiciones y costumbres milenarias. Y maravillarse con impactantes amaneceres y puestas de sol en el lago más alto del mundo y el más grande de Sudamérica.
Esta subyugante cadena de montañas nevadas, en el corazón de los Andes peruanos, no deja de atraer a los excursionistas deseosos de vivir una espléndida experiencia.
Si la altitud no quita el aliento, seguro lo harán los fascinantes paisajes serranos dominados por el multicolor valle del Callejón de Huaylas. Lagunas y lagos glaciares de inolvidable belleza, como Conococha y la 69, por citar dos de las muchas que existen en la zona, son el preámbulo para quedar estupefactos con la imponente presencia de los nevados Huascarán y Alpamayo, el más alto y el más bello del Perú, respectivamente.
En los últimos años se han elaborado rutas para excursionistas, alpinistas, amantes de la caminata a campo traviesa y al ciclismo de montaña. En todos los casos el mayor aliciente es desplazarse por estos indómitos paisajes altoandinos y quedar maravillados por uno de los regalos más hermosos que la naturaleza puede brindar al ser humano.
Visitar la Reserva Nacional de Paracas y navegar por las islas Ballestas es conocer uno de los más icónicos ecosistemas marino-costeros del Perú. Recorrer el área natural protegida emblemático de la región Ica, ubicada a 245 kilómetros al sur de Lima, constituye un extraordinario escenario para la observación de aves, la caminata por sus apacibles playas.
Adentrarse al mar es otra de las motivaciones para conocer esta parte del Perú. Al avanzar hacia alta mar se puede apreciar a lo lejos dos imágenes cautivantes: el enigmático “Candelabro” impreso en una de las dunas costeras de Paracas, y las islas Ballestas pobladas de lobos marinos y aves guaneras.
La aventura en esta área natural protegida, creada hace 43 años, no termina con este recorrido en tierra y mar, sino que continúa en una fiesta culinaria donde los productos marinos son los protagonistas de platos estrella de la gastronomía peruana. Hablamos del reconocido ceviche en sus diversas presentaciones, la parihuela (sopa de pescado y mariscos) o un sencillo pescado frito acompañado de yucas o papas doradas, arroz blanco y ensalada de cebollas, tomates y lechugas marinadas con jugo de limón y ají limo, entre otros potajes.
Al igual que la costa y la Amazonía, los Andes peruanos ofrecen singulares escenarios donde la naturaleza parece haberse esmerado en mostrar su mejor versión de belleza. Es el caso del Cañón del Colca, ubicado en la provincia arequipeña de Caylloma, y considerado el segundo más profundo del planeta.
Su impactante paisaje rodeado de montañas, en el que puede apreciarse el vuelo del ave de rapiña más grande del planeta: el cóndor, así como la riqueza cultural de las ancestrales comunidades altoandinas asentadas en sus inmediaciones, han convertido al Cañón del Colca en el tercer destino turístico más visitado del Perú.
Como suele suceder en todos los destinos peruanos, la gastronomía es una de las motivaciones poderosas para completar la visita. Y en el caso del Cañón del Colca, destaca entre los variados potajes el “Chupe de camarones”, una sopa en el que se mezclan de forma armoniosa ingredientes como papas, leche, queso, cebollas, y en la que destacan los camarones de río, crustáceos que se pescan en temporada y le otorgan a este plato un sabor de excepcional delicia.
Conocido como un destino para practicar sandboarding, el oasis de Huacachina es un lugar que vale la pena visitar debido a su ubicación, oculto entre las doradas dunas del desierto a las afueras de la ciudad de Ica.
Hoy en día, Huacachina es un destino turístico que se pueden divisar desde lo alto de las dunas. Subir y bajar dichas dunas en un vehículo arenero o "buggy" es otro pasatiempo favorito entre los turistas.
Este oasis rodeado de las dunas más impresionantes y hermosas de Sudamérica invita a relajarse bajo las palmeras que rodean la laguna y admirar el paisaje surrealista de día y, sobre todo, al atardecer cuando el sol se oculta maravillosamente sobre las dunas y ofrece un espectáculo de colores con tonalidades naranjas, rojas y amarillas.
Una conocida canción repite como estribillo que “en el mar la vida es más sabrosa”. Y eso lo saben quienes visitan las playas del norte peruano, sobre todo los amantes del surf y otros deportes náuticos.
Bañadas por aguas tibias y con olas ideales para la práctica de la tabla, destacan balnearios como Máncora y Colán, en la región Piura; Punta Sal, Lobitos y Zorritos, en Tumbes. Y también Huanchaco y Pacasmayo, en La Libertad; Pimentel y Puerto Eten, en Lambayeque.
Cada rincón de la costa norte ofrece escenarios de impactante belleza que se convierten en refugio de los amantes del mar, pero también de quienes buscan avistar el tránsito de ballenas jorobadas y lugares apacibles para descansar y desconectarse de la estresante rutina de las ciudades atosigadas de público.
Estos diez lugares son solo una muestra de la variada oferta de destinos que posee el Perú para el turismo de aventura, una modalidad turística en la que nuestro país se posiciona cada vez más en el mundo.
Creada hace 21 años para conservar la flora, la fauna y los procesos ecológicos de una muestra de la selva húmeda tropical peruana, la Reserva Nacional Tambopata deslumbra al mundo por su espectacular belleza paisajística y la megadiversidad biológica que alberga y que estamos llamados a preservar. El aforo autorizado a esta área natural protegida es del 60%, dado que se encuentra en la región Madre de Dios, que tiene un nivel de alerta moderado.
La Reserva Nacional Tambopata se ubica al sur del río Madre de Dios, en los distritos de Tambopata e Inambari de la provincia de Tambopata. Fue creada oficialmente el 4 de septiembre del 2000, mediante Decreto Supremo Nº 048-2000-AG y tiene una superficie total de 274,690 hectáreas.
El destino turístico más visitado es el Lago Sandoval, ubicado en la cuenca del río Madre de Dios. Este espejo de agua de 127 hectáreas está rodeado de palmeras repletas de guacamayos y se encuentra a solo media hora por río de Puerto Maldonado. En sus aguas, que pueden ser recorridas en botes de paseo que alquilan los pobladores locales y los albergues, habita una numerosa familia de lobos de río a la que se le aprecia cazando y acicalándose sobre los troncos. También hay una torre observatorio para una vista panorámica.
Los atractivos característicos de Tambopata son las colpas que se hallan en la orilla de los ríos reuniendo a cientos de aves (guacamayos, halcones y loros) ofreciendo un espectáculo de color y sonido espectacular (todo esto en especial entre las 5:30 y 9:00 am).
La Reserva Nacional Tambopata es una de las primeras en el Perú en impulsar una propuesta para ampliar su oferta turística e incluir a todos los sectores de la población, incluyendo a personas con discapacidad, adultos mayores y familias con niños pequeños.
En agosto del 2019, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) inauguró un “sendero elevado de madera”, que tiene un largo de 2,800 metros. Parte desde el puesto de control de la Reserva Nacional de Tambopata y llega hasta el muelle de embarque del lago Sandoval. Esta vía ha permitido reducir el tiempo, de tres horas a 45 minutos. Además, cuenta con señalética interpretativa; zonas de embarque y desembarque en sus puntos de partida y llegada.