A pesar de lo que la sociedad diga en torno a la mala práctica o costumbre de ser desordenada se ha comprobado que esta tendría sus beneficios.
Quizás te has preguntado –si es tu caso- por qué se te hace tan complicado mantener el orden. O sin saberlo, sientes una necesidad de ordenar las cosas porque no siempre las puedes mantener de esta forma.
Es el caso de mucha gente, y ahora tras éxitos como el del método de Marie Kondo, una empresaria japonesa con una rigurosa filosofía para ordenar, parece ser más notorio que debamos seguir un orden en las cosas.
Lo cierto es que a pesar de que esta idea sea común para la mayoría en cuanto a asociar el desorden a la falta de dedicación o suciedad o incluso a la holgazanería esta tiene su fundamento y sus ventajas.
Muchas personas se esfuerzan por ser ordenadas, pero fallan tras constantes intentos, lo que les causa una gran frustración. Si este tal vez es tu caso pon atención porque quizás es parte de ti y la ciencia ha corroborado que tendría diferentes beneficios.
Una persona desordenada tiende a ser más inteligente y creativa. Y además de esto también esta actitud se asocia a la personalidad y profesión.
No todas funcionamos de igual manera, así que ten calma si es tu caso.
Un ejemplo como pintar o escribir son profesiones que requieren de mucha creatividad y son realizadas sin problemas en áreas poco organizadas, ya que esto promueve y ayuda a la fluidez de las ideas.
Por otro lado, el tener un escritorio ordenado tiene que ver con áreas de trabajo que tengan que ver con esto.
"El poder del desorden" es un libro escrito por Tim Harford, conocido como el gurú del desorden. En sus páginas el autor resalta los beneficios y lo positivo del ser desordenado y explica por qué a ciertas personas les funciona mejor así.
Sin dudas este texto es uno muy diferente a lo que propone Marie Kondo en el suyo.