Después de la frialdad del invierno, se inicia la primavera, que es una de las estaciones favoritas del año. Disfrutar del hermoso florecer de la naturaleza y recibir con los brazos abiertos la luminosidad y calidez del clima primaveral contribuye al buen ánimo de la gente y llena de color el ambiente.
Este 23 de setiembre la temporada primaveral ha llegado al hemisferio sur y no hay mejor manera de recibirla que recordando algunos de los rituales que se realizaban antes y los que aún se realizan para celebrar la tercera estación del año.
Desde la antigüedad la primavera ha simbolizado el renacimiento, el rejuvenecimiento y la renovación por lo que sus celebraciones están asociadas a la llegada de un nuevo crecimiento.
En los tiempos de la antigua Grecia, el inicio de la primavera era motivo de celebración, por ello se realizaban los misterios eleusinos, unos ritos de iniciación en el que se le rendía culto a las diosas Démeter (la diosa de la agricultura) y Perséfone (hija de Zeus y Démeter).
En el caso de nuestra cultura, para la civilización incaica, el equinoccio de primavera era festejado con el Coya Raymi Quilla, una fiesta dedicada a la Coya (la esposa principal del inca) y a la Quilla (la Luna), que era una divinidad femenina.
Por eso las mujeres eran las encargadas de realizar la ceremonia, que consistía en un ritual para la limpieza y expulsión de enfermedades. Los ritos eran pedidos a Wiracocha, el dios creador, para que alejara a los malos espíritus.
El Coya Raymi Quilla se componía de danzas y cantos, baños en los ríos, limpieza en las casas y diversos tipos de purificaciones que incluía el quemar cosas antiguas. Una vez terminadas estas labores rituales, todos los participantes se deleitaban con abundante bebida y comida.
En la actualidad, en la Huaca El Paraíso, en el distrito limeño de San Martín de Porres, se realiza cada 20 de septiembre el ritual del equinoccio de la primavera llamado Fiesta de las Mujeres.
Es un homenaje a la Madre Tierra que constituye también la representación del rito de iniciación para las mujeres jóvenes en su etapa de fertilidad. En este sitio arqueológico se incluye música, cantos y oraciones alrededor de una procesión en la que se lleva en andas a una mujer que representa a la esposa del curaca que dominaba este valle milenario.
Sin embargo, si no has podido celebrar la primavera de manera colectiva puedes darle la bienvenida a esta nueva estación a solas llevando a cabo este ritual.
Si la primavera se asocia con un renacimiento, un baño es la mejor opción para celebrar la llegada de la estación debido a que bañarse empleando un ritual simboliza no sólo una limpieza física sino también emocional.
Para realizar este baño primaveral necesitas los siguientes ingredientes: pétalos de flores de diferentes colores y miel.
Primero hierve los pétalos de las flores con agua durante una hora a fuego lento. Luego deja reposar unos minutos, coloca el agua de flores en un recipiente y agrega miel.
Prepara tu baño usando una vela aromática o un incienso de sándalo, su olor te hará sentir calma. Cuando el agua de flores esté tibia báñate con ella y sentirás cómo la energía primaveral de las flores se impregna en tu interior.
Este baño te dejará revitalizada y lista para empezar una nueva temporada primaveral en la que florecerás y crecerás en todos los ámbitos de tu vida.