La somnolencia que sienten muchos peruanos después de almorzar podría estar más vinculada a sus hábitos alimenticios y a cómo estos influyen en los niveles de glucosa en la sangre.
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl reconocido Dr. Pérez Albela señala en su sitio web que tomar una siesta después del almuerzo no solo ayuda a descansar y reducir el estrés, sino que también permite al cuerpo renovarse física y mentalmente, proporcionando energía para continuar con el día.
Sin embargo, la somnolencia que muchos peruanos experimentan tras almorzar podría estar más relacionada con sus hábitos alimenticios y la manera en que estos influyen en los niveles de glucosa en la sangre, lo cual sugiere que no están comiendo de la forma más adecuada.
La sensación de sueño que ocurre después de una comida puede ser una señal de que la persona no está comiendo de la forma correcta o en el orden más conveniente.
Al ingerir una comida rica en carbohidratos, se produce un incremento rápido en los niveles de glucosa en la sangre, conocido como hiperglucemia postprandial. Aunque este aumento es normal, puede convertirse en un problema si los niveles de glucosa superan los límites adecuados.
En un almuerzo típico, se suele empezar con una sopa (carbohidrato), seguido de arroz (carbohidrato) acompañado de pechuga al vapor con frejoles (proteínas) y, al final, una ensalada (fibra). Este orden no es el más adecuado, ya que los carbohidratos provocan un aumento rápido de glucosa. Mientras que lo normal es alcanzar 140 mg/dL, superar los 180 mg/dL puede generar complicaciones.
Para regular mejor los niveles de glucosa, es recomendable iniciar con la fibra, luego consumir proteínas y grasas y dejar los carbohidratos para el final. Esto se debe a que la fibra y las proteínas se digieren de manera más lenta, lo que ayuda a evitar un aumento drástico de glucosa en comparación con los carbohidratos.
El sueño después de comer se produce porque el aumento rápido de glucosa en la sangre provoca que el páncreas libere insulina en mayores cantidades, lo que genera una caída repentina de glucosa y, como consecuencia, aparece el sueño.
La reducción abrupta de glucosa tras una comida, causada por el efecto de la insulina, no solo genera somnolencia, sino también fatiga, irritabilidad y, en ocasiones, más hambre. Si estos episodios de hiperglucemia postprandial se vuelven constantes, aumenta el riesgo de desarrollar problemas como:
Es importante señalar que no solo el orden en el que se consumen los alimentos influye en los niveles de glucosa. Factores adicionales, como la actividad física, el descanso adecuado y las horas de sueño, también son clave para mantener niveles de glucosa saludables en la sangre.