Millones de muertes provocaría la nueva amenaza mundial, que actualmente ya cobra alrededor de 700.000 decesos al año en todo el mundo.
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa resistencia bacteriana, también conocida como resistencia antimicrobiana, es una de las mayores amenazas a la salud pública global. Según los expertos, podría convertirse en la principal causa de muerte en los próximos años si no se toman medidas efectivas. Este fenómeno ocurre cuando las bacterias evolucionan y desarrollan mecanismos que las hacen inmunes a los antibióticos diseñados para eliminarlas.
Actualmente, se estima que este problema es responsable de alrededor de 700.000 muertes al año en todo el mundo, y esta cifra podría aumentar drásticamente a 10 millones de fallecimientos anuales para 2050, superando incluso al cáncer como principal causa de mortalidad.
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La resistencia bacteriana surge por el uso excesivo e incorrecto de antibióticos, tanto en la medicina humana como en la agricultura. Esto incluye la automedicación, la prescripción de antibióticos para infecciones virales (donde no son efectivos) y el uso de antibióticos en animales de granja para promover su crecimiento.
El problema no solo amenaza la vida de los pacientes, sino que también pone en riesgo procedimientos médicos esenciales, como cirugías y tratamientos contra el cáncer, que dependen de antibióticos para prevenir infecciones.
"Se han hecho algunas estimaciones donde se calcula que si no controlamos este problema probablemente para el año 2050 mueran hasta 10 millones de personas por la falta de respuesta a los antibióticos que actualmente estamos manejando", señaló a EFE Francisco Saynes Marín, presidente de la Sociedad Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
Para enfrentar la creciente resistencia bacteriana, se necesitan esfuerzos coordinados a nivel mundial. Algunas de las estrategias clave incluyen:
El impacto de la resistencia bacteriana no se limita a la salud; también afecta a las economías globales. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el costo de tratar infecciones resistentes es significativamente mayor que el de las infecciones comunes. Además, la pérdida de vidas jóvenes y productivas genera enormes costos indirectos para las familias y los sistemas de salud.