Cueva se quebró en una entrevista al pedir perdón a sus hijos por el dolor causado y envió un mensaje de sanación a Pamela López. El futbolista aseguró que todo lo hace pensando en el bienestar de su familia.
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En una conversación íntima y cargada de emociones, Christian Cueva abrió su corazón en el canal de YouTube Enfocados, donde fue entrevistado por Jefferson Farfán y Roberto Guizasola. Alejado por un momento del fútbol y los escándalos, el mediocampista habló como padre, como expareja y como ser humano que busca redención.
Entre palabras sinceras, Cueva reconoció sus errores y pidió perdón a sus hijos, visiblemente conmovido. “Cada cosa que hago es por ellos. Siempre los tengo en mi corazón y en mi mente”, expresó, con la voz entrecortada.
“Quiero que sepan que estoy aquí por ellos, por su bienestar, por su futuro. Les pido perdón desde el corazón por todo lo que pudieron haber sentido”, dijo el futbolista en referencia a los momentos difíciles que vivió su familia. Sin justificarse, reconoció que sus decisiones pudieron haber impactado a los pequeños y aseguró que quiere ser mejor por y para ellos.
También les dedicó un tierno saludo: “Un beso para mis tres enanos. Siempre seré su papá, y siempre los voy a cuidar”.
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En medio de su arrepentimiento, Christian también se tomó un momento para hablar de Pamela López, la madre de sus hijos, quien recientemente ha atravesado problemas de salud. Lejos del conflicto, el jugador se mostró empático y oró por su recuperación: “Le pido a Dios que la sane, que esté bien. Por ella, por mis hijos”.
Estas palabras marcaron un giro en el discurso habitual del futbolista, dejando ver un lado más espiritual, centrado en su familia y en la esperanza de reconstruir lo que alguna vez se rompió.
Consciente de que sus hijos merecen una vida distinta, Cueva aseguró que quiere evitar que vivan lo mismo que él experimentó en su niñez. “Ellos se merecen lo mejor. Quiero cortar esto aquí, hacer las cosas correctas con su mamá, y que ellos sean felices”.
Sus palabras, lejos de la polémica y el escándalo, resonaron como un pedido de paz y un intento de sanar, empezando desde adentro.