La reina Isabel II responde las acusaciones de racismo contra Meghan Markle
La reina Isabel II envió un comunicado a través del Palacio de Buckingham sobre la discriminación que recibió Meghan Markle como parte de la familia real.
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Solo han pasado unos días luego que la CBS transmitiera la intensa entrevista del Príncipe Harry y Meghan Markle con Oprah Winfrey, mientras tanto el Palacio de Buckingham emitió una declaración en nombre de la reina de Inglaterra.
"Toda la familia está entristecida al conocer el alcance total de cuán desafiantes han sido los últimos años para Harry y Meghan", se lee en el comunicado, publicado el 9 de marzo. "Los problemas planteados, particularmente el de raza, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia los abordará en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros de la familia muy queridos".
Durante la entrevista, que se emitió el pasado 7 de marzo, Meghan Markle y Harry hicieron una serie de reclamos contra la familia real. En un momento, la duquesa de Sussex, quien reveló que estaba esperando una niña, compartió una conversación que alguien supuestamente tuvo con Harry mientras estaba embarazada de su primogénito Archie Harrison.
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"En esos meses en los que estaba embarazada", dijo la exduquesa, un miembro de la familia real le transmitió sus preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando nazca.
De hecho, Meghan dijo que "hubo varias conversaciones al respecto". Oprah luego pidió una aclaración, preguntando si la discusión fue "¿qué tan oscuro va a ser su bebé?".
"Potencialmente", respondió Meghan, además de lo que eso significaría o cómo se vería.
Meghan no reveló ningún nombre y señaló que "creo que esto sería muy perjudicial para ellos". Aunque, Harry luego confirmó a Oprah que la Reina y el Príncipe Felipe no fueron los involucrados en estas discusiones.
"Esa conversación no la voy a compartir nunca", dijo el duque de Sussex, "pero en ese momento, fue incómodo. Estaba un poco sorprendido".
Además, Meghan y el príncipe Harry hablaron sobre la forma en que fue tratada por los tabloides británicos y afirmaron que la Institución no salió en su defensa. "Llegué a comprender que no solo no estaba protegida, sino que estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia", dijo, recordando los titulares antes de su boda real de 2018.
Meghan también tuvo una conversación sobre salud mental, recordando un momento en el que "simplemente ya no quería estar viva".
"Fui a la institución y dije que tenía que ir a algún lugar para recibir ayuda", dijo. “Dije que 'nunca me había sentido así antes, y necesito ir a algún lado'. Y me dijeron que no podía, que no sería bueno para la institución ".
La respuesta en nombre de la reina Isabel II se produce días después de que el Palacio iniciara una investigación sobre las acusaciones de intimidación contra Meghan. La semana pasada, The Times informó que Jason Knauf, quien anteriormente se desempeñó como secretario de comunicaciones de Meghan y Harry, presentó una queja contra Meghan en octubre de 2018 y que fue enviada al jefe de recursos humanos. Según la publicación, el correo electrónico, ¡que E! News no ha visto ni verificado, afirmó que la "Duquesa fue capaz de intimidar a dos trabajadores fuera de la casa en el último año" y estaba "buscando socavar" la confianza de otro empleado.
"Claramente estamos muy preocupados por las acusaciones en The Times luego de las afirmaciones hechas por el ex personal de The Duke and Duchess of Sussex", dijo el Palacio de Buckingham en un comunicado el 3 de marzo. "En consecuencia, nuestro equipo de recursos humanos estudiará las circunstancias descritas en el artículo. Se invitará a participar a los miembros del personal involucrados en ese momento, incluidos aquellos que han dejado el hogar, para ver si se pueden aprender lecciones. El hogar real ha implementado una política de dignidad en el trabajo durante varios años y no tolerará la intimidación o el acoso en el lugar de trabajo ".
Sin embargo, un portavoz de los Sussex negó las acusaciones, calificándolas de "una campaña de difamación calculada basada en información errónea engañosa y dañina".