Delincuente fue atrapado con las manos en la masa por el dueño del medio de transporte, valorizado en 1200 soles. Lo capturan y lo terminan linchando pese a que quiso ponerse violento. El curioso hecho se dio en Lince, Lima
Únete al canal de Whatsapp de WapaLa delincuencia se está fortaleciendo cada vez más en la capital del Perú. Diariamente se reportan cientos de casos en los cuales los malhechores destruyen los sueños de personas honestas. Sin embargo, hay días en donde la historia es completamente diferente y la víctima inicial logra obtener la ansiada justicia con sus propias manos.
Un ejemplo de esto ocurrió en Lince, en plena avenida Arequipa, donde un ladrón estaba a punto de consumar una fechoría. Escapaba con una bicicleta profesional valorizada en 1200 soles. Lo que nadie imaginaba era que el dueño se percató a tiempo y fue tras el ladrón. Con la ayuda de vecinos y transeúntes, logró detenerlo mediante golpes y recuperó su medio de transporte.
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El delincuente fue capturado por el dueño y transeúntes en la avenida Arequipa mientras escapaba con una bicicleta que minutos antes había robado de un taller mecánico ubicado en la calle Bartolomé Herrera, en el distrito de Lince. La víctima declaró: "Comencé a gritar y todos me ayudaron. Este delincuente no tiene idea de lo que cuesta tener una bicicleta, y yo brindo servicios de mantenimiento. No es mía, es la bicicleta de un cliente", reveló.
Después de capturar al sujeto con las 'manos en la masa', los transeúntes comenzaron a agredirlo, reduciéndolo en el suelo. Sin embargo, uno de ellos tuvo una idea que llamó mucho la atención en las redes sociales.
Un transeúnte buscó entre los bolsillos del delincuente y le arrebató un celular de alta gama. A pesar de la violenta resistencia del ladrón, logró quitárselo y lo lanzó al suelo dos veces, dejándolo completamente destrozado e inutilizable, mientras el malhechor miraba con asombro y tristeza. En resumen, el ladrón terminó perdiendo en dos ocasiones.
En ese momento, el serenazgo de Lince apareció y se lo llevó a la comisaría de Petit Thouars. Mientras lo levantaban, el sujeto lanzaba miradas desafiantes a las personas que presenciaban y participaron en el incidente.