¿Nuevo caso de racismo? Gran polémica e indignación se desató en las redes sociales por un video que circuló en las últimas horas donde se observa a efectivos policiales arrestando a un niño de 8 años por haber robado una bolsa de papas fritas.
Este hecho sucedió en Estados Unidos, exactamente en Siracusa, Estado de Nueva York, y según testigos se detalla que un aparente procedimiento policial irregular maltrató a un niño de 8 años por su color de piel.
El clip describe que se detuvo al menor de ocho años, de origen afro, acusado de haber cometido un hurto simple en un local de comida rápida.
Hasta el momento, una gran variedad de medios internacionales ha tratado este video, captado por un transeúnte que se encontraba en la zona, como un hecho racista, condenando el maltrato que se le brinda al pequeño en plena vía pública.
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El clip, ya es el centro de la polémica tanto en Facebook como en Twitter, calificado por cientos de internautas como un hecho racista, logrando millones de reproducciones y comentarios sobre la aparente acción allí consignada.
En las imágenes se puede observar a un agente policial sosteniendo desde la espalda al niño, de aproximadamente ocho años de edad. El menor es llevado por el agente al auto oficial, mientras el pequeño gritaba y lloraba.
También se visualiza que, ante la interpelación del transeúnte, el agente de policía que desarrolla la acción de detención responde de forma tosca, luego de que el ciudadano le manifestara que podría estar incurriendo en alguna anomalía, pues la persona que lleva detenida es un menor, señalando incluso que “parece un bebé”.
“Adivina, adivina lo que estoy haciendo”, es la respuesta del agente grabado mientras adelanta la acción de detención, y conduce al niño hasta la camioneta de los agentes de la ley. Mientras tanto, otro de los agentes presentes en la escena, accede a entregar las explicaciones, y refiere al transeúnte que el niño afro que fue detenido, al parecer estaba “robando cosas”.
Ante la respuesta de los agentes, el ciudadano, solidarizándose con el niño, y buscando que este sea dejado en libertad, propone a los agentes policiales que él mismo pagará el paquete de papas supuestamente hurtado por el niño, con el fin de que los agentes dejen de tratarlo como “un ladrón, un asesino”.
Del mismo modo, el testigo, denunció en todo momento que el supuesto delito cometido no es justificación suficiente para que un niño sea tratado de esa forma. Ante la negativa de los policías, el ciudadano sigue grabando, mientras que los agentes conducen al menor a un vehículo de su institución, llevándoselo consigo.