¿Una nueva moda en EE.UU.? El insólito negocio que paga $100 dólares la hora por rascar espaldas

En ciudades como Miami, Pasadena y Nueva York, ha surgido una tendencia insólita que está conquistando a quienes buscan alcanzar un nivel de relajación profundo: contratar a profesionales para rascarles la espalda. Estos especialistas, conocidos como "rascadores", ofrecen una experiencia única que transforma un acto cotidiano en un lujo de bienestar. Por tarifas que superan los 100 dólares por hora, los clientes disfrutan de sesiones de rascado que, según los expertos, superan las caricias de un ser querido o los métodos tradicionales.

Toni George, fundadora de The Scratcher Girls en Miami, ha llevado esta práctica a otro nivel. Por 130 dólares la sesión, sus clientes se recuestan en una mesa de masaje mientras ella, utilizando uñas de 7,5 centímetros, recorre meticulosamente la espalda, piernas y hasta el cuero cabelludo. La experiencia suele inducir un estado de relajación tan profundo que algunos clientes incluso emiten sonidos de éxtasis, como relató George a The Wall Street Journal.

George no se limita a Miami: viaja regularmente a ciudades como Filadelfia, Los Ángeles y Nueva York, y planea expandir su negocio a Europa. La creciente popularidad de sus servicios se refleja en las redes sociales, donde sus videos muestran a clientes disfrutando del servicio en ambientes iluminados por velas.

Este mercado exige claridad en los límites: en su spa, George deja claro que no realiza ningún tipo de contacto en áreas como el pecho o el abdomen. Además, la preparación de las uñas es crucial; George las mantiene con gel y acrílico para garantizar que nunca se rompan, cuidando cada detalle con precisión quirúrgica.

Más allá de la relajación, el fenómeno de rascar la espalda está vinculado con la Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (ASMR, por sus siglas en inglés), un fenómeno que provoca una sensación de hormigueo en el cerebro, conocida por inducir un sueño profundo y aliviar el estrés. Según el profesor Craig Richard, especialista en ciencias biomédicas, el rascado suave libera endorfinas, oxitocina y dopamina, creando una experiencia placentera que muchos desean repetir.

Clientes como Mariann Yip, una bloguera de 31 años, confirman estos efectos. Al probar el servicio en un spa de Nueva York, describió la experiencia como una sensación de flotación, casi como si estuviera soñando mientras permanecía consciente.

Este tipo de experiencias, junto con el auge del ASMR en plataformas como YouTube y TikTok, ha impulsado el crecimiento de negocios como WhisperWave en Nueva York, dirigido por Rebecca Benvie. Benvie, quien comenzó su negocio en enero, ha diversificado las sesiones al incorporar técnicas innovadoras, como el uso de juguetes para gatos cerca de los oídos o trazos en la piel acompañados de palabras de afirmación. Sus clientes no solo buscan relajación, sino escapar de la rutina diaria.

A medida que más personas descubren los beneficios de estos toques personalizados, los "rascadores" profesionales están aprovechando la creciente demanda para ofrecer una experiencia que va mucho más allá del masaje tradicional, capitalizando la necesidad de una conexión humana en un mundo cada vez más digitalizado.