Lo dice la pasarela: este otoño la silueta se encorseta como lo muestra Flavia Laos
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No se trata solo de un simple modelo que causa furor en las celebrities y que lleva más de una temporada explotando el atractivo irresistible del guardarropa de Flavia Laos. Las tendencias del otoño-invierno de este 2021 confirman que el corsé se erige como una de las siluetas estrella del armario estival.
Este año, tal y como lo luce Flavia Laos, el cuerpo femenino se encorseta de pies a cabeza: a la altura de la cintura, armando la figura como si la de una muñeca se tratase. De la cintura para arriba, el torso se encierra en otro armazón dispuesto a descubrir el punto más atractivo de la silueta. Los corsés siguen esa estela de las sombras más inesperadas, pero también regresan de la mano del auge de la lencería, una de las tendencias más vistas sobre la pasarela durante todo el 2021.
La novedad en cuanto a tonos en esta prenda prioriza el color blanco. Una propuesta de lo más refrescante que se traduce en armazones con bolsillos o juegos de raso. Otra opción trata de incorporar pequeños detalles que ayuden a rebajar un poco la carga erótica inherente a los corsés o los bustiers.
Los colores plateados, dorados y brillosos no se quedan de lado. Ofreciendo una pieza de glamour para armar los outfits más elegantes y sofisticados que podamos imaginar. Este corsé que se impone en el mundo de la moda y pasarelas tiene gran abanico para armar looks, con faldas, pantalones, shorts y hasta vestidos.
Aunque resulta difícil descontextualizarlo, el secreto de estilismo radica, en tratarlo como una prenda más. Y en este caso el layering o las superposiciones de capas es la mejor forma de hacerlo: bien mediante un tank top en el mismo color, como lo vemos en las imágenes compartidas en el Instagram de Flavia Laos y unos pantalones a juego, o una camisa blanca que ayude a confundirse con los propios tonos del corsé.
A pesar de que se trata de una prenda íntimamente ligada con el universo de la ropa interior, el corsé va más allá. Es una prenda sorprendentemente democrática capaz de unir desde el punto de vista formal con figuras tan antagónicas como la de John Galliano o Gianni Versace: el primero, como uno de los adalides de la moda historicista capaz de reinterpretar la prenda por excelencia que se resiste a los embates de la historia.
Evolución del corsé
Por supuesto, para nuestras antepasadas, que debían estar atadas con esta ropa interior desde el amanecer hasta el anochecer, el corsé funcionaba como una celda de prisión de vestuario. Y, en verdad, incluso algunas mujeres modernas no ven su encanto.
Versace, por la capacidad de escandalizar al público experimentando con el lado más provocador del corsé o bustier, llevándolo incluso al sado (en la colección otoño de 1991-92). Podríamos hablar de los corsés escultóricos de Yves Saint Laurent con el matrimonio Lalanne, las reinterpretaciones de Tom Ford en su etapa en Laurent y los que sigue haciendo su marca (lucidos por Zendaya) o los imposibles corsés de Jean Paul Gaultier que Madonna lució en su Blonde Ambition Tour. La lista es larga, y cada uno merecería un capítulo aparte. Pero por imposible que sea de traducir en la calle, una cosa tenemos segura: al corsé le queda cuerda para rato.
Hemos visto sujetadores a la vista, que no necesitan introducción. También presenciamos camisones y saltos de cama, como en Gucci, tops lenceros, como en Coach y también corsés. Los hay para todos los gustos: mientras que LaQuann Smith opta por tops encorsetados que recuerdan a los que lleva varios años firmando Orseund Iris, Thierry Mugler opta por darle el punto más dominatrix, en negro. El nude de los bustiers de Jason Wu o Vera Wang recuerda a los corsés de toda la vida.
Las opciones son varias, solo debes decidirte por la que más se vincula a tu estilismo.
