¿Tu gato ya es anciano? Descubre las señales ocultas de la vejez felina
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Los gatos también envejecen, pero no todos lo hacen de la misma manera. Entender cuándo empieza la tercera edad en un felino puede marcar la diferencia entre una vejez tranquila o una llena de complicaciones. Si tienes un michi en casa y te preguntas si ya está “viejito”, aquí te explicamos todo lo que debes saber para acompañarlo con amor y atención.
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¿A qué edad se considera viejo un gato?
Según el Instituto Nacional de Salud de EE. UU. (NIH), los gatos entran en la etapa “madura” entre los 7 y 10 años. Luego, entre los 11 y 14 años, son considerados “mayores”, y a partir de los 15, se les clasifica como “geriátricos”. Pero ojo: la edad no lo es todo. Factores como la genética, el ambiente, la alimentación y si vivieron en la calle o en un hogar seguro influyen directamente en su envejecimiento.
Cuidados clave para una vejez digna
Un gato bien cuidado puede vivir entre 15 y 20 años. Pero eso no sucede por arte de magia. Visitas regulares al veterinario, una dieta equilibrada y mucho amor son indispensables. Los chequeos permiten detectar enfermedades silenciosas y adaptar los cuidados según la etapa de vida del animal.
A medida que envejecen, los gatos también pierden parte de su capacidad inmunológica, lo que los vuelve más vulnerables a infecciones. Por eso, nunca subestimes los controles preventivos.
¿Cómo saber si tu gato está envejeciendo?
Aunque cada minino es único, hay señales que podrían indicarte que ya está entrando en la tercera edad. De acuerdo con Royal Canin, estas son las más comunes:
- Disminuye su apetito.
- Pierde peso o masa muscular.
- Tiene problemas dentales o encías inflamadas.
- Su movilidad se reduce y puede tener dolores articulares.
- Su pelaje se ve más opaco, con canas y en mal estado.
- Duerme más de lo habitual.
- Cambia su comportamiento: se muestra más retraído o maúlla en momentos inusuales.
- Ya no se acicala como antes.
¿Vejez o enfermedad? Aprende a diferenciarlos
Muchos de los signos del envejecimiento pueden confundirse con síntomas de enfermedades. Por eso, si notas algo fuera de lo normal, no lo dejes pasar:
- Si come menos o baja de peso rápidamente, podría tener un problema digestivo.
- Si toma mucha agua o orina con frecuencia, puede tratarse de una afección renal.
- Si le cuesta moverse o levantarse, la artritis podría estar presente.
- Si parece desorientado o actúa de forma extraña, es señal de que algo no anda bien.
