¿Acné sin control? Estas son las causas ocultas y cuándo debes correr al dermatólogo
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El acné no solo afecta a adolescentes. Esta condición de la piel, tan común como molesta, puede aparecer en cualquier etapa de la vida y tener un fuerte impacto emocional. Más allá del tema estético, el acné puede dejar marcas físicas y psicológicas si no se trata a tiempo.
¿Qué causa realmente el acné?
Aunque no hay una única causa, sí existen factores clave que activan esta condición. Según la Clínica Mayo, el acné comienza cuando los folículos pilosos se tapan con grasa (sebo), células muertas y bacterias. Esto provoca desde espinillas hasta inflamaciones profundas.
Las zonas más comunes donde aparece son la cara, espalda, pecho y cuello.
Factores que lo empeoran
- Cambios hormonales: En la adolescencia, el embarazo o el ciclo menstrual, los niveles de andrógenos suben y estimulan la producción de sebo.
- Genética: Si tus padres tuvieron acné, tú podrías tener mayor riesgo.
- Alimentación: Una dieta alta en azúcares y carbohidratos puede empeorar los brotes.
- Estrés: Aunque no lo causa directamente, puede agravar el cuadro.
- Medicamentos: Algunos tratamientos, como los esteroides o anticonceptivos, pueden generar o empeorar el acné como efecto secundario.
¿Cuándo debes acudir a un dermatólogo?
Si bien existen cremas y productos de venta libre, no todos los casos pueden tratarse en casa. Es recomendable acudir a un especialista si:
- El acné es severo o cubre grandes zonas del cuerpo.
- Presentas quistes profundos y dolorosos.
- Hay cicatrices o manchas que permanecen después del brote.
- El acné está afectando tu autoestima o salud mental.
¿Qué opciones existen para tratarlo?
El dermatólogo puede recetar:
- Tratamientos tópicos, que controlan la grasa y desobstruyen los poros.
- Medicamentos orales, como antibióticos, para reducir la inflamación y atacar las bacterias.
- En casos complejos, puede sugerirse el uso de isotretinoína u otros tratamientos combinados.
Lo más importante es no automedicarse y evitar la manipulación excesiva de la piel, ya que esto puede empeorar el cuadro y dejar cicatrices permanentes.
