Dan Bouchery había decidido tomar unas vacaciones en Grasse, una ciudad en el norte de Francia, cerca a la ciudad de Marsella. Como el periodo de su estadía iba a ser largo, la mujer decidió ir con su mascota, Cookie, con quién había compartido muchos años.
Sin embargo, el animal desapareció al poco tiempo de emprendido el viaje, cuando se encontraba en el patio del hotel. La dueña hizo todo lo que estuvo a su alcance para encontrarlo: publicó anuncios en los periódicos locales, pegó carteles por las calles de Francia, pero los resultados no fueron buenos.
Pasadas varias semanas, la mujer dio por robado a Cookie y tuvo que volver a de sus vacaciones sin el gato.
Bouchery pensó que no volvería a reencontrarse con su preciada mascota, pero después de un año y medio recibió una llamada que le cambiaría la vida por completo.
Un veterinario de Orbec, ciudad ubicada a 35 km de distancia de su hogar, le informó que había recibido a un gato similar a Cookie en su consulta. Así es, la mascota había recorrido cerca de 1.100 kilómetros desde el sur de Francia hasta el norte con la finalidad de llegar a su hogar y reencontrase con su ama.
Una vecina de la zona lo había encontrado sucio y muy delgado, y fue gracias al microchip que pudieron identificarlo. Finalmente Cookie pudo volver a su casa junto a su dueña, quien ahora piensa publicar la historia como un cuento para niños.