Según informa el Dr. David Mischoulon, Director del Programa Clínico y de Investigación de la Depresión del Hospital General de Massachusetts, aproximadamente mil millones de personas sufren depresión, entre ellas un 14% son adolescentes.
“Este trastorno puede provocar una discapacidad cuando no se trata, o incluso cuando es tratada puede derivar en una discapacidad en los casos más graves”, explicó.
Agregó: “La depresión tiene dos síntomas principales: el primero es una sensación de depresión de manera cotidiana, y el segundo es la pérdida de interés o placer en las actividades de ocio, como hacer deporte o tocar algún instrumento musical”, señala el especialista.
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De acuerdo al psiquiatra, al menos 5 de los síntomas antes mencionados se presentan en el paciente durante dos semanas. Asimismo, la depresión puede ocasionar pensamientos suicidas, sentir que la vida no vale la pena, un deseo intrínseco de muerte, o ideas concretas sobre matarse. El suicidio puede darse en personas con trastornos emocionales, por lo cual no puede tomarse la depresión a la ligera. Ante síntomas de depresión lo mejor es acudir de inmediato a un especialista.
Para el Dr. Mischoulon, hay una asociación entre el uso excesivo de las redes sociales y la depresión. Quienes hacen uso constante de las redes tienen un riesgo 3 veces mayor de sufrir depresión comparado con los demás, y es posible que se manifieste desarrollando ansiedad: haciendo comparaciones con los amigos, peleando con gente desconocida, mediante ataques personales, etc.
De acuerdo con investigaciones del Dr. Mischoulon y el Hospital General de Massachusetts, la mayoría de las personas mejoran con tratamiento, pero existe una gran tendencia a recaer. Hay más probabilidad de recaída si se han tenido muchos episodios y/o episodios largos de depresión, por ello se recomienda continuar el tratamiento, según indique el doctor tratante.
Existen diversos métodos para tratar la depresión, tales como medicamentos antidepresivos, psicoterapias (psicoanalítica, terapia cognitivo-conductual, etc.), medicinas naturales, tratamientos alternativos, omega-3, S-adenosilmetionina, acupuntura, meditación, tratamientos somáticos (terapia electroconvulsiva, estimulación magnética transcraneal, etc.) y tratamientos experimentales. Dichos tratamientos deben ser indicados y seguidos por un médico especialista.