Un extraño caso. Esta es la historia de Fiona Hooker, una mujer de 32 años que estaba esperando un bebé, sin embargo, jamás imaginó lo que le sucedería en los dos últimos meses de gestación. “Fui al médico después de unos días porque cada vez me picaban más y eran insoportables”, contó Fiona a New York Post. Explicó que sus heridas se sentían como picadura de Ortiga, pese a que le recetaron cremas, nada calmaba su malestar.
“Era como si fuera alérgica a mi propio bebé”, señaló la mujer lamentando lo que le sucedía. Todo sucedió a los 8 meses cuando tuvo que ser llevada por emergencia al hospital debido a esta gran picazón. "No podía soportarlo [el dolor] . . . me dieron cuatro días de esteroides orales que realmente ayudaron a calmarlo”, contó también, pese a que creyó que ya estaba solucionado, todo empeoró.
Logró dar a luz, pero las heridas empeoraron, Fiona tuvo ampollas en la barriga, en el pecho, los brazos y las piernas, lo peor fue cuando cargaba su hijo, en ese momento aparecía más alergia.
Tras varios exámenes se determinó que Hooker padecía de penfigoide gestacional que es una trastorno auto inmune que es “causado por el sistema inmunitario de una mujer que produce auto anticuerpos y ataca por error a su propia piel”..
Según se dio a conocer, esta condición afecta a una de cada 50 mil mujeres embarazadas. Algo en el ADN del padre hace que la placenta comience a atacar una proteína que también está en la piel, por lo que mi cuerpo estaba atacando mi piel”, explicó.
Tras el diagnóstico, la mujer tuvo un tratamiento de 6 meses con esteroides orales, que ya no consume a diario, pero aún debe aplicárselos en crema, pues podría tener rebrotes por el resto de vida, lo que le ha quitado las esperanzas de poder tener un hijo más.
“Me ha desanimado a estar embarazada de nuevo, especialmente porque la investigación dice que vendrá antes y peor. (…) No creo que pueda volver a hacer eso, incluso con esteroides”, finalizó.