La difícil situación que afrontan los pacientes de coronavirus en los hospitales de Cuba ha conmovido a miles de personas en diferentes plataformas digitales. Un padre de familia llamado Lenier Miguel Pérez, contó su testimonio luego de la muerte de su esposa Lydda María Rivero, quien estaba embarazada y murió por COVID-19.
"¡Qué dolor tan grande es perderlos a los dos a la misma vez y el mismo día", señaló Lenier a BBC Mundo. Cabe mencionar que Cuba reporta más de 9 mil nuevos contagios de coronavirus en un día.
Todo empezó cuando su pequeño hijo de cuatro años se enfermó el pasado 22 de junio y tuvo que recorrer varios hospitales de Cuba durante dos semanas. "Mi mujer y yo corrimos con él al policlínico para descartar lo que sucedía. Le hicieron un test rápido y dio positivo al coronavirus", acotó.
El señor Pérez reveló que tuvo que esperar casi 24 horas para que su menor hijo pueda ser llevado a un hospital por falta de camas. "23 de junio. Todo el día esperando y nada. Ni una visita de un doctor. (Había) un padre rabiando de dolor, era positivo (a la COVID-19) y no había nada que darle de tratamiento", recordó.
Cuando llegó la movilidad para llevarlos al nosocomio luego de una larga espera, se dio cuenta al llegar que no había lugar para los niños.
"Llega una doctora de guardia y nos dice: 'El hospital está colapsado. No hay camas para los niños, solo podemos dejarlos en el pasillo a esperar a que le den altas a los que están (internados) para poderlos ubicar. No se sabe si es en la mañana o en la tarde o al otro día, porque todo está lleno", aseguró el padre de familia.
Los progenitores indicaron que no saldrían de la unidad móvil, que no permitirían que sus pequeños se quedaran echados "en un pasillo de un hospital donde lo que se respira es enfermedad".
En la mañana del día siguiente, Lenier y su hijo fueron trasladados a otro establecimiento de salud tras arrojar positivo a la enfermedad viral. En ese momento, el progenitor recibió un mensaje de su pareja de 28 años, quien le manifestó que se sentía mal de salud. Lydda María tenía COVID-19.
"Estuvo un día en el policlínico porque le dijeron que había una cama para ella en Maternidad en Matanzas, pero no había en qué trasladarla. La trasladan al otro día en la mañana (luego de un día de espera). Le llevan al hospital de Maternidad y bum... No hay cama para la embarazada. Se la llevan al Faustino (otro nosocomio), llega, le hacen un test rápido y le da positivo. Para atrás de nuevo. No podía estar en el Faustino porque dio positivo", agregó.
Lydda pasó momentos duros en un centro de aislamiento donde fue aceptada tras estar contagiada con la enfermedad. "Ahí pasó hambre, dolores, malestares. Atendían a las embarazadas en la misma cama porque no había dónde. Se bañaba con agua fría, lo cual le avanzó más la neumonía que le descubrieron a última hora antes de su fin. (Presentaba) falta de aire y no había boquilla para darle aerosol a ella, asmática y embarazada (...) Eso era un infierno".
NO TE PIERDAS: Un estudio estima que hay un millón más de fallecidos por la COVID-19 de los registrados
La pareja de Pérez fue llevada a un hospital militar, donde recibió mejores atenciones, pero su estado de salud se había empeorado por la COVID-19.
"De repente le encuentran que tiene neumonía y seguían las crisis de asma y le ponen medicamento, a esperar 72 horas. Martes 6(del presente mes), no aguantó tanta espera y sufrimientos de tantos días anteriores. Primero con lo del niño y después con ella", finalizó Lenier.