Cargando...
29 May 2021 | 16:30 h

“Estuve hecho polvo”, el crudo relato del joven que se creía inmune al Covid y vivió un infierno

Todavía no entiende cómo fue que se vio tan afectado con la COVID-19, ya que practica natación, no fuma y tampoco bebe.

Únete al canal de Whatsapp de Wapa

    wapa.pe
    “Estuve hecho polvo”, el crudo relato del joven que se creía inmune al Covid y vivió un infierno | Pixabay

    La COVID-19 ha sacado a relucir lo mejor y peor de las personas. Algunos creen en la pandemia, otros simplemente piensan que esto nunca les afectará, pues Álex Barreira es un joven español de 22 años que presumía su "inmunidad" ante el virus; sin embargo, el tiempo le demostró que todos somos vulnerables.

    Todavía no entiende cómo fue que se vio tan afectado, ya que practica natación, no fuma y tampoco bebe. "Estuve hecho polvo", confesó al diario El País sobre los síntomas, que pensó que pasarían solos.

    "No me esperaba esto ni loco, creía que no me pasaría nada, que sería una gripe normal, una gastroenteritis, no esto. Esto no", expresó y en referencia al infierno padecido lanzó: "Pero sí, era coronavirus".

    Vive con su familia en el distrito de Vicálvaro y no tiene más que algunas sospechas para responder la pregunta qué más veces le hicieron en estos días: ¿Cómo se contagió? De acuerdo con el medio español, el espacio en el que se registra el mayor número de contagios suele ser en los ámbitos laborales, pero él todavía no trabaja.

    "Voy a empezar en julio, mi primer trabajo", detalló. Así que, por ahora, reina el desconcierto. En una de las tantas incógnitas que la comunidad médica no termina de resolver respecto a este virus que tiene en vilo al mundo hace casi un año y medio.

    Lo que sí sabe bien es lo mal que la pasó desde que recibió el diagnóstico que nadie quiere escuchar: neumonía bilateral. "Me derrumbé, la verdad. Me llamó mi madre y mi abuela y me tuve que derrumbar. Fue el impacto, y tener que quedarme aquí", argumentó sobre la internación.

    "Cansadísimo y con mucha fiebre"

    La primera noche la pasó en observación para ver cómo evolucionaba y prefiere no repetir la experiencia: "Como yo, había más gente, más enferma. No podía dormir, era imposible y me puse los auriculares para ver si con la música conseguía evadirme", manifestó.

    Su cuerpo soportó bien y unas horas más tarde la evolución le permitió acceder a una cama en una sala común. "Yo sabía casi seguro que en una (unidad de cuidados intensivos) no iba a acabar, porque soy joven y hago deporte", cuenta.

    Pero eso no impidió el infierno: "Bien, no estaba. No era normal que anduviera como si hubiese estado cavando zanjas 12 horas, cansadísimo y con mucha fiebre. Encharcaba las sábanas". Además, vivió en carne propia un factor que no se menciona demasiado pero que si afecta en el proceso de recuperación COVID-19: la tristeza. "Sobre todo los primeros días de estar aquí".

    Hoy se encuentra transitando los últimos días de su recuperación, ya sin la enfermedad en su cuerpo, espera que todo vuelva a ser como antes, pero destaca que el miedo sobre las secuelas es algo que le hace pensar mucho: no sabe si su vida podrá ser "normal".

    "Tengo miedo a si esto va a repercutir al resto de la vida, pero me dijeron que en principio volveré a la normalidad, yo estaba sufriendo por eso". Aunque la profesional de salud que sigue su estado día a día, aseguró al medio español que no debería tener problemas para volver a ser el mismo de siempre.

    El gran logro de Álex en medio del padecimiento fue no haber transmitido el virus en su casa. "Me alegro de haberme contagiado yo; quiero decir yo y no a mi familia”. Es que su abuela vive con ellos y en su casa no hay espacio para que cada uno tenga su cuarto, así que él a veces duerme con su madre, que es asmática.

    Un error en el momento clave podría haber terminado en tragedia.

    Tenemos que cuidarnos de la COVID-19

    "No podemos estar todo el día, toda la vida, metidos en casa, pero cuando se sale no hay que olvidarse la cabeza", asegura.

    Es que, aunque parezca mentira, todavía hay personas que no perciben los peligros que corren frente al nuevo coronavirus. "Una juerga puede ser la muerte de tu abuela, o de la abuela de un amigo. Cuando esto acabe, en un año o en dos, porque no va a durar 20, podrás ir a bailar, y todos estarán tan felices".

    "Mientras tanto, a mí que no me vengan con chorradas de que lo que te toca es pasarlo bien, hay cosas que por mucho que queramos, no son necesarias", aclaró.