Un menor de 13 años logró vencer al nuevo coronavirus en el Hospital Nacional Guillermo Almenara, de EsSalud. El valiente Carlitos estuvo intubado en una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
El menor de edad ingresó el pasado 18 de febrero a UCI debido a las complicaciones que se presentaron luego de infectarse con la COVID-19. El personal de salud se percató que no respondía al tratamiento previo prescrito por la emergencia pediátrica, así que decidieron intubarlo para salvarle la vida.
Todo empezó con un cuadro de fiebre, tos y poco a poco surgió la dificultad respiratoria. En ese momento recibió la visita del Padomi y le prescribieron la medicación, pero el paciente con COVID-19 no mejoró.
De inmediato, el menor ingresó al hospital Almenara. El médico Álvaro Altamirano, coordinador de Emergencias Pediátricas, evaluó su caso y vio que el niño tenía un cuadro de obesidad. Pesaba 63 kilos teniendo solo 13 años. El paciente tampoco respondió al tratamiento con oxígeno, ni a los medicamentos que se le administraban para combatir la neumonía.
“Como el paciente pesaba 63 kilos, los ventiladores pediátricos no eran suficientes, ya que solo soportan hasta 30 kilos, por lo que se solicitó una interconsulta a la UCI Covid-Adultos”.
Con el riesgo de que disminuyera el flujo sanguíneo en las extremidades, se actuó con prontitud. Se utilizó primero una cánula de alto flujo; sin embargo, al no haber respuesta el doctor Luis Ubaldo Alvarado, de UCI, decidió la intubación.
El momento más emotivo se vivió cuando Carlitos pidió hablar con su mamá por teléfono, para prometerle que pronto despertaría y regresaría a casa.
“Cuando al niño se le explicó que entraría en un estado de sedación y que dormiría varios días pidió hablar con su mamá. Una enfermera le brindó el celular, llamó a su madre y le dijo que la quería, y le prometió que haría todo lo posible para despertar y verla de nuevo”.
En las primeras cinco horas, los resultados de la gasometría no fueron alentadores; no obstante, como un milagro divino, a las 48 horas empezó a evolucionar favorablemente.
“Es raro que los pacientes salgan de la sedación en un mínimo de tres a cuatro días. En este caso, el paciente estuvo cerca de cinco días dormido. Cuando se empieza a despertar a los pacientes, lo que demora el proceso es que despiertan confundidos. En este caso, Carlitos despertó consciente, despertó ubicado, colaboraba con la ventilación y eso fue lo que le favoreció bastante”.
El miércoles 24 de febrero se decidió despertarlo, se le extubó y colocó una cánula de alto flujo. Fue dado de alta satisfactoriamente con medicación en casa. Los doctores y el personal de salud que lo atendieron indican que la madurez y la valentía de Carlitos lo ayudaron a vencer a la enfermedad viral.
El doctor Altamirano confirma una elevación de casos de COVID-19 en infantes y adolescentes, especialmente en los que tienen sobrepeso y obesidad.
“A causa del confinamiento, los niños no hacen actividad física en casa, llevan una vida sedentaria y comen de más”.
Asimismo, los casos de coronavirus en niñas, niños y adolescentes con enfermedades de riesgo preexistentes aumentaron en un 50%.
El doctor Ubaldo refiere que lo que hace que los menores de edad lleguen a UCI no es propiamente la COVID-19 pulmonar, sino la generación de una respuesta inflamatoria desproporcional, lo cual genera fallo de diversos órganos: fallo hepático, renal, ventilatorio, y al final se convierte en un cuadro más complicado de tratar.
El Dr. Altamirano declara que los niños, niñas y adolescentes que tienen una enfermedad preexistente no deben descontinuar su medicación.
“Si presentan obesidad o sobrepeso deben someterse a una dieta y ejercicios diarios para controlarlo”.
Finalmente, el galeno aconseja que si presentan algún síntoma, como tos, fiebre, alza térmica, y hay algún contacto con familiar que tiene COVID-19 positivo, es imperativo tomarles la prueba, así los pediatras podrán dar un tratamiento precoz y evitar complicaciones.