El número de fallecidos de la pandemia de la COVID-19 está a punto de superar el millón de muertos, muchos más que los causados por otros virus recientes, pero muchos menos que los de la terrible "gripe española" de hace un siglo.
El recuento, que solo incluye los decesos contabilizados oficialmente, es provisional puesto que la pandemia continúa. Pero es un punto de referencia para comparar sus estragos con los de otros virus, tanto actuales como del pasado.
El número de muertos por el Sars-Cov-2 (el virus que causa la llamada enfermedad por coronavirus de 2019) supera al de las epidemias de virus aparecidos en el siglo XXI.
En 2009 la epidemia de gripe A (H1N1), llamada "porcina", supuso una alerta pandémica. Causó oficialmente 18.500 decesos. Este saldo fue revisado al alza por la revista médica The Lancet que calcula entre 151.700 y 575.400 muertos.
La epidemia de SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) fue causada por un virus aparecido en China. Fue el primer coronavirus en desencadenar el pánico mundial, pero en total causó 774 muertos en 2002-2003.
Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar enfermedades.
El saldo del COVID-19 se suele comparar con los de la gripe estacional. "A nivel mundial, estas epidemias anuales son responsables de unos 5 millones de casos graves y de entre 290.000 y 650.000 muertes", afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el siglo XX, dos grandes pandemias de gripe provocadas por nuevos virus (no estacionales), la de 1957-58 conocida como gripe asiática y la de 1968-70 llamada gripe de Hong Kong, ocasionaron cada una aproximadamente un millón de muertos, según recuentos realizados a posteriori, aunque parecen haber caído en el olvido.
Pero tuvieron lugar en un contexto muy distinto al actual. La globalización ha provocado relaciones económicas intensas y las personas (y por tanto los virus) circulan más y mucho más rápido.
Si nos remontamos más lejos en el siglo XX, la gran gripe de 1918-1919, conocida como gripe "española" (causada asimismo por un nuevo virus) fue una hecatombe: en tres "oleadas" causó un total estimado de 50 millones de muertos, según datos publicados al comienzo de los años 2000.
El número de muertos por el nuevo coronavirus ya es mucho más elevado que el del temible ébola, cuya aparición se remonta a 1976.
El último brote de la "enfermedad por el virus del Ébola" mató en la República Democrática del Congo (RDC) a casi 2.300 personas entre agosto de 2018 y finales de junio de 2020. Si sumamos todas las epidemias de Ébola desde hace más de 40 años, el virus ocasionó unos 15.000 muertos, todos ellos en África.
Y eso que el ébola tiene un índice de mortalidad mucho más alto que el del coronavirus Sars-Cov-2: alrededor del 50% de los enfermos se mueren y en algunas epidemias sube hasta el 90%, según la OMS. Pero este virus es menos contagioso que otras enfermedades virales: se transmite por contacto directo y no por el aire.
Otros virus tropicales como el dengue o "gripe tropical", cuya variante más grave puede provocar la muerte, también tienen saldos más bajos. Esta infección transmitida por mosquitos progresa desde hace 20 años y causa miles de muertes anuales (4.032 en 2015).
Otro virus asesino, el VIH-sida, para el que no existe una vacuna eficaz décadas después de su aparición, provocó muchos muertos entre los años 1980 y 2000.
Gracias a la generalización de las terapias antirretrovirales, el saldo anual de personas fallecidas de sida ha disminuido desde el pico de 2004 (1,7 millones). En 2019 hubo 690.000 muertos, según ONUSIDA.
El sida, que puede tratarse pero no curarse, ha causado la muerte de casi 33 millones de personas desde su aparición.
Y los virus de las hepatitis B y C matan a aproximadamente 1,3 millones de personas por año, sobre todo en los países pobres, por cirrosis o cáncer de hígado (900.000 muertes por hepatitis B y 400.000 por hepatitis C). La principal fuente de datos es la OMS.
Con información de AFP.