A medida que el COVID-19 continúa captando más victimas a nivel global, el uso de antibióticos viene resultando poco eficaz contra la peligrosa enfermedad a pesar que las personas que integran el sistema de salud hacen lo imposible para salvar a los pacientes.
Los hospitales de los países de primer mundo dieron a conocer un estudio donde exponen que el nuevo coronavirus no se ve afectada por estos medicamentos a pesar de obtener “resultados positivos” contra infecciones respiratorias secundarias.
Sin embargo, la práctica de las personas que toman antibióticos por su cuenta viene consiguiendo “intentos equivocados” para protegerse, desarrollando futuras enfermedades, que podrían afectar al estómago y/o hígado, por el uso excesivo de pastillas.
Asimismo, el consumo de los fármacos haría que la COVID-19 se haga más resistente a las “drogas” destinadas a matarlas, desarrollando una capacidad de adaptación de los patógenos. La resistencia se ha convertido en una verdadera crisis, causando “aproximadamente 700 mil muertes en todo el mundo cada año, casi cuatro veces el número de muertes por el nuevo coronavirus hasta el momento.
El informe mostrado por los hospitales muestra que, si se produce un aumento de resistencia, no habrá medicación con la capacidad de frenar el virus. Un claro ejemplo es la salida del mercado de varios fabricantes de antibióticos porque la resistencia hace que sus productos sean menos lucrativos.
"El uso de antibióticos en cualquier parte contribuye a la aparición de resistencia en todas partes", señala Kathy Talkington, directora del proyecto de resistencia a antibióticos en Pew Charitable Trusts.
"Lo que estamos escuchando anecdóticamente es que cada vez se usan más antibióticos en esta pandemia, y se puede imaginar que, si se usan más en los Estados Unidos, entonces otros países que enfrentan el desafío de cómo abordar mejor COVID-19 son aumentando también”, agrega.
La infección bacteriana es conocido como un “viajero del tiempo” porque siempre ha estado presente en las pandemias. En 2008, los científicos revisaron libros de literatura científica de la gripe de 1918, y también volvieron a examinar muestras de tejido almacenadas de autopsias realizadas durante ese brote.
Tras varios estudios, se llegó a la conclusión que "la gran mayoría" de los posiblemente 100 millones de muertes en 1918-19 no fueron causadas por la gripe, sino por una infección bacteriana que se apoderó del tejido pulmonar que había sido traumatizado por el virus de la gripe.
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos.
En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.