Según el último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al momento suman 4 mil 700 casos confirmados de coronavirus y 107 muertos a nivel mundial. Si bien es cierto que China es el epicentro del brote y el país más afectado, esta epidemia se ha extendido en otros países del sureste asiático y también en Europa y América.
En sus inicios, los principales síntomas se centraban en fiebre, dificultades para respirar y complicaciones renales. Sin embargo, en el transcurso de los días se han venido adicionando nuevos signos que podrían aportar al reconocimiento de los posibles casos, como la diarrea, náuseas, el dolor de cabeza, fatiga y problemas con el sistema digestivo y nervioso. Además, de problemas de la visión, como el caso de la conjuntivitis.
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Al respecto, el Dr. Juan Carlos Corbera, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, señala que la conjuntivitis es una inflamación de la superficie anterior del ojo, de la primera capa protectora que recubre a ese órgano. Existen varios tipos de conjuntivitis : alérgicas, bacterianas o virales.
Las enfermedades virales comprometen las mucosas (nasal y bronquial), en ese sentido también afecta la mucosa conjuntival. Por lo tanto, los pacientes suelen presentarse con síntomas muy parecidos a los de un resfrío, con dolor de cabeza, malestar general y ojos rojos, usualmente después de cuatro días manifiestan la conjuntivitis. Por lo tanto, hay que tener el cuidado respectivo en el manejo de las lágrimas y las secreciones oculares porque el virus está presente y puede transmitirse muy fácilmente.
En verano, la incidencia de los casos se incrementa considerablemente. De cada 10 pacientes que acuden a consulta por ojo rojo, 2 o 3 son diagnosticados de conjuntivitis. Además, en estos meses se presentan hasta 4 veces más, la cantidad de los casos de conjuntivitis, en comparación de lo que normalmente se observan en el año.
Por lo tanto, es importante saber reconocer los síntomas a tiempo para acudir a una atención inmediata.
Entre las principales señales está el ojo rojo, el lagrimeo, la sensación de cuerpo extraño (sensación de arenilla en el ojo), luego a las 24 o 48 horas se observa la presencia de una secreción amarillenta o verdosa en los cantos laterales, más conocida como la legaña y finalmente, la fotofobia (dificultad para ver la luz).