Muchas personas intentan buscar maneras para tener un buen descanso o para que las pocas horas de sueño logren ser reparadoras y funcionen como la cantidad de horas de sueño promedio.
Considerando que en la actualidad la mayoría de personas vive contra el tiempo o con horarios de máxima carga laboral, de estudios o con otras actividades que no dejan mucho tiempo al descanso se puede estimar que hay una búsqueda y un mercado que necesita de ciertas medidas para aprovechar al máximo el descanso.
Según Jessica Garay Redmond, profesora asistente del Departamento de Nutrición y Estudios Alimentarios de la Universidad de Syracuse en Nueva York, “las cosas que contienen cafeína definitivamente no serán deseables para la mayoría de las personas”.
También agregó que “dependiendo de la sensibilidad a la cafeína de una persona, es posible que necesiten dejarla en algún momento de la tarde o, sin duda, a la hora de la cena para que luego puedan descansar”.
Similar a este sentido de enfoque, un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine en 2013 sugiere que se debe abstener de consumir cafeína de las seis horas previas a irse a dormir.
La profesora Redmond también indicó que de acuerdo a algunas pruebas genéticas se puede determinar la sensibilidad a la cafeína en cada caso particular.
Y en este caso la cafeína puede encontrarse no solo en el café, sino también en los tés, gaseosas, chocolates y hasta en una copa de alcohol.
Frente a esto, los expertos sugieren evitar estas bebidas.
En cambio, si de bebidas benéficas para el sueño se habla, los estudios indican que la leche puede funcionar, incluso la leche caliente mezclada con miel.
“Esa es una de esas recomendaciones que ha existido por mucho tiempo”, dijo Redmond, y también agregó que la leche es una fuente de triptófano.
El triptófano es un aminoácido que puede beneficiar el sueño porque una vez ingresa a tu cuerpo, se convierte en dos químicos cerebrales asociados con el sueño: la melatonina, que ayuda a regular los ciclos naturales de sueño y vigilia del cuerpo, y la serotonina, que genera relajación y somnolencia.
De acuerdo con la profesora Redmond, “en este punto hay tanta investigación que ha analizado los efectos de la leche y la leche tibia y no hay necesariamente una conexión obvia que la convierta en una recomendación universal”.
“Muchos investigadores ahora sospechan que podría ser más psicológico que cualquier otra cosa”, agregó.
Sobre la propia rutina de Redmond, ella no tiene alguna específica que no sea “tratar de mantenerse hidratada”.
De acuerdo con la National Sleep Fundation, acostarse a la cama, aunque se esté ligeramente deshidratada puede llegar a interrumpir el sueño.